El País Vasco es una región del norte de España y sur de Francia con una lengua y una cultura propias que la hacen muy especiales a los ojos de quienes la visitan. Su naturaleza y gastronomía la hacen ideal para aquellos amantes de la buena comida y de los paisajes que te quitan el aliento.
Bañado por el mar cantábrico, su costa es la meca de los surfistas y cada año miles de ellos peregrinan hacia sus aguas esperando disfrutar de las olas. Sus habitantes han sido durante siglos marineros, labradores y pastores. En el artículo de hoy veremos qué pueblos esconde este pequeña región.
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Los 12 pueblos más especiales para descubrir Euskadi
El País Vasco está repleto de bonitos pueblos. Sin embargo, hemos recopilado una lista de los que reúnen más encanto.
1. Zumaia
En la provincia de Guipúzcoa, rodeada de verdes montañas que descienden hasta el mar en forma de abruptos acantilados, encontramos Zumaia, una villa costera con dos hermosas playas y un moderno puerto deportivo.
Zumaia es famosa por su flysch, unos impresionantes acantilados donde se observan claramente los diferentes estratos. Se trata de una superficie de abrasión originada como consecuencia de la erosión del mar, las cuales se pueden observar mejor en bajamar, aquel periodo del día donde el mar se retrae hacia dentro.
Zumaia también tiene un casco histórico precioso que aún conserva su trazado medieval. Paseando por sus estrechas y empinadas calles encontraremos la parroquia de San Pedro, una iglesia gótica del siglo XIII. Si destaca por su sobriedad exterior (tiene un imponente torreón), en su interior se puede contemplar una de las naves góticas más bellas del País Vasco con el retablo de Juan de Antxieta declarado Monumento Nacional.
2. Lekeitio
Lekeitio es un bonito pueblo pesquero situado en la costa de Bizkaia, el cual es tan bello y tranquilo que fue escogido para sus días de veraneo por la reina Isabel II y otras figuras de la aristocracia y burguesía centroeuropea.
Pasear por su casco histórico siempre es una buena opción, en él encontrarás la hermosa Basílica de la Asunción de Santa María y una amplia variedad de bares donde comer buen marisco y miles de barquitos pesqueros por todos lados.
Otro de sus atractivos es la isla de San Nicolás que se encuentra justo delante de una de sus playas y muchos la catalogan como mágica ya que solo se puede acceder a ella cuando la marea baja y deja al descubierto un pequeño camino para acceder a la isla solo poblada por árboles y gaviotas.
3. San Juan de Gaztelugatxe
Escenario de piratas, aquelarres y leyendas, San Juan de Gaztelugatxe está catalogado como Biotopo protegido y alejado de cualquier núcleo urbano. Se trata de un majestuoso islote que se encuentra unido a la costa a través de un puente de piedra y una escalinata de ni más ni menos que 241 peldaños.
En lo más alto de la isla, te espera una pintoresca ermita que alberga exvotos de marinos que se han salvado de algún naufragio. Según la tradición, una vez se llega a la ermita se debe tocar la campana tres veces y pedir un deseo. El esfuerzo de subir las escaleras se ve compensado cuando uno contempla el paisaje con el mar cantábrico salvaje a sus pies y el viento y la energía mística que desprende el lugar. No es de extrañar que la serie juego de Juego de Tronos haya escogido este lugar para rodar parte de su séptima temporada.
4. Laguardia
Laguardia es un precioso municipio alavés rodeado de bodegas de fábula. El lugar es tan hermoso que Laguardia pertenece a la asociación de los pueblos más bonitos de España. Y es que todas las viñas conforman una marea roja tan impactante, que más de uno debe parar el coche para observar la belleza de sus paisajes.
La forma de su casco histórico recuerda a la de un barco y en él se encuentra la Iglesia de Santa María con un pórtico ricamente decorado, el cual es visita obligada. A lo largo del siglo XVI se construyeron unas cuevas subterráneas con la función de guardar y conservar el vino, aunque en determinados momentos también fueron utilizadas como refugios de guerra. Es tan elevado el número de cuevas, que Laguardia se podría recorrer entera por los pasillos subterráneos que conforman sus bodegas.
5. Getxo
Situado en Bizkaia, Getxo se encuentra solo a 20 minutos de Bilbao y esconde una historia digna de conocer. Es conocido por tener un puente colgante, el puente de Bizkaia, el cual fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2006 y es una obra de la ingeniería y la arquitectura.
Si eres un viajero activo, Getxo es tu pueblo, dado que en él se pueden desarrollar infinidad de actividades, desde actividades para hacer en la costa, rutas para visitar sus monumentos, experiencias gastronómicas, planes familiares o rutas para conocer el comercio local. Sin dejar de hablar de sus acantilados y de su gran puerto pesquero.
6. Getaria
En Gipuzkoa, encontraréis el pueblo de Getaria, popular por ser el lugar de nacimiento del diseñador Balenciaga y el marino Juan Sebastián Elkano, el primer hombre que dio la vuelta al mundo. Muchos dicen que es uno de los pueblos costeros con más encanto de Euskadi.
Es conocida por sus bodegas de Txakoli, su vino local, por si algo despunta Getaria es por su cultura gastronómica, ya que abundan los restaurantes que ofrecen buenas materias primas cocinadas a la parrilla. Su costa, con su mar y oleaje lo hacen el lugar ideal para practicar surf o submarinismo.
7. Hondarribia
Antes conocido como Fuenterrabia, Hondarribia es un increíble pueblo gipuzkoano, que se encuentra en la lista de los más visitados de Euskadi. Ubicado en plena costa vasca, tiene el barrio de la Marina, declarado Monumento Histórico, que se caracteriza por tener casas de vívidos colores y la cual puede presumir por el ambiente que se crea.
Su casco viejo está amurallado y cuenta con dos puertas principales. Una de sus puertas es la Puerta de Santa María Atea, lugar de visita obligada. Precisamente esta puerta da acceso a Kale Nagusia, una de las calles más bonitas de este pueblo y donde encontramos el ayuntamiento y el Palacio Zuloaga ambos de estilo barroco.
8. Elantxobe
Elantxobe es una villa muy pequeña de Vizcaya, que desde el mar ofrece una estampa de tejados y de calles empinadas que protegen un pequeño puerto pesquero. El pueblo ha sobrevivido gracias a su importancia en la industria pesquera y ha adaptado sus necesidades a las particularidades únicas del terreno.
Se encuentra inmerso en el entorno de Urdaibai, un lugar ideal para aquellos que disfrutan contemplando el paisaje, pues existen distintos miradores esparcidos por el municipio que ofrecen espectaculares vistas del pintoresco pueblo y de su privilegiada situación.
9. Tolosa
Tolosa es uno de los pueblos más bonitos del interior de Gipuzkoa que siempre cuenta con gran actividad cultural. Sus carnavales y la fiesta de la alubia son una pequeña representación de su activa vida cultural.
Situada a orillas del río Oria, es una villa de gran importancia histórica, que mira con orgullo su pasado pero que a su vez, ha sabido adecuarse a la actualidad. Fue un lugar de paso importante en la ruta comercial que comunicaba Navarra con los otros pueblos del Cantábrico. Destacan sus plazas y edificios de interés histórico-artístico, como la parroquia de Santa María que data del siglo XVII y el ayuntamiento barroco.
10. Oñate
La villa de Oñati, situada en el sur de la provincia de Gipuzkoa, es uno de los pueblos más monumentales del País Vasco, hasta el punto que se la conoce como “la Toledo vasca”. Su casco viejo está repleto de edificios señoriales, iglesias y escuelas edificadas bajo un estilo clásico.
El epicentro de Oñati es la plaza de los Fueros, un espacio cuadrado adornado por edificios con fachadas que impresionan. En él podréis observar el santuario de Arantzazu, el cual era solo una ermita cuando se construyó en el año 1468. A partir de 1950, destacados artistas vascos se encargaron de darle una nueva forma. Por ejemplo, los arquitectos Saenz de Oiza y Laorga, hicieron erigir un campanario de hormigón que recuerda a los espinos, mientras que las puertas son firmadas por el conocido escultor Chillida.
11. Elciego
Situado en la provincia de Álava, Elciego es un pequeño pueblo que posee un patrimonio histórico en el cual destacan obras como la basílica de Nuestra Señora de la Virgen de la Plaza y la iglesia de San Andrés, un edificio de grandes dimensiones que muestra un exterior muy austero donde destaca el pórtico con dos torres de diferente terminación.
Cerca de la iglesia, se encuentran las Bodegas Marqués de Riscal, con su hotel obra del arquitecto Frank Gehry, lo cual os recordará al museo Guggenheim de Bilbao. Se trata de una espectacular construcción donde se combinan materiales como la piedra, el cristal y los elementos metálicos.
12. Ea
Con un nombre bien escueto, Ea, es uno de los pueblos más carismáticos de Euskadi. Su casco histórico está repleto de puentes de piedra que han enamorado a medio mundo. Se trata de un pueblo diferente, especial, muchas veces catalogado como carismático.
Os recomendamos que os perdáis por su pequeño casco histórico hasta salir al mar, recorrer el paseo de la Tala y observar a los barcos ir y venir. Las casas de la zona del puerto como los caseríos diseminados en los límites territoriales son sus grandes atractivos. Aunque es un pueblo muy pequeño, cuenta con ni más ni menos que cuatro iglesias y tres ermitas.
