Extirpación de las glándulas paratiroideas: ¿en qué casos es recomendable?

El hiperparatiroidismo y el cáncer de paratiroides pueden requerir de una extirpación de las glándulas paratiroideas. Te contamos el procedimiento y sus riesgos.

Extirpación glándulas paratiroideas

Las glándulas paratiroides o paratiroideas, como su propio nombre indica, son glándulas endocrinas situadas en el cuello, por detrás de los lóbulos tiroides. Estas producen la hormona paratiroidea (PTH, por sus siglas en inglés), que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio entre el calcio y el fósforo, entre otras cosas.

A nivel general, se puede resumir la funcionalidad de la PTH en los siguientes frentes: en el hueso activa la función de los osteoclastos, para aumentar la resorción de calcio (pérdida) del hueso y elevar así su concentración sanguínea. Por otra parte, en el riñón activa la reabsorción de calcio y la excreción de fósforo, mientras que en el intestino favorece la absorción del mineral a nivel de la mucosa intestinal.

Así pues, en exceso esta hormona produce hipercalcemia (exceso de calcio circulante) mientras que su déficit provoca hipocalcemia (bajos niveles del mineral). El cáncer de paratiroides, el hiperparatiroidismo y el hipoparatiroidismo son las patologías más conocidas relacionadas con este conglomerado glandular. Si quieres saber cuándo se hace necesaria la extirpación de las glándulas paratiroideas y cuáles son sus efectos sobre el organismo, continúa leyendo.

¿Cuándo es necesaria la extirpación de las glándulas paratiroideas?

Las glándulas paratiroides son 4 órganos del tamaño de una arveja con medidas aproximadas de 5x3x3 milímetros y un peso de 30 miligramos cada una. Estas se encuentran en el cuello, cerca de la glándula tiroides (de ahí su nombre).

Como hemos dicho en párrafos introductorios, las glándulas paratiroideas son esenciales para regular los mecanismos de absorción y excreción del calcio y fósforo circulante. A veces es necesaria su extracción, pues un exceso de la hormona paratiroidea en sangre puede provocar los siguientes eventos:

  • Osteoporosis: como la PTH estimula la resorción ósea, los huesos se vuelven frágiles, quebradizos y se rompen fácilmente. Por esta razón, el paratiroidismo sin tratamiento suele implicar en los casos graves una osteoporosis.
  • Cálculos renales: cuando hay demasiado calcio en sangre, se pueden formar depósitos sólidos de este mineral en los riñones.
  • Enfermedad cardiovascular: no está del todo claro el mecanismo fisiológico, pero parece ser que el exceso de calcio circulante se asocia a afecciones cardiovasculares e hipertensión arterial.
  • Hipoparatiroidismo neonatal: una cantidad excesiva de calcio circulante en la madre puede privar al feto de los niveles del mineral saludables.

Como se puede observar, algunas de estas complicaciones pueden poner en grave peligro la vida del paciente y su descendencia. A continuación, exploraremos dos de las patologías más importantes que requieren de la extirpación de las glándulas paratiroideas. No te lo pierdas.

Glándulas paratiroideas

1. Hiperparatiroidismo

El hiperparatiroidismo es una patología que surge por una sobreproducción y secreción de PTH por parte de las glándulas paratiroideas. Esta enfermedad puede ser primaria o secundaria, con motivos subyacentes diferentes en cada caso.

El hiperparatiroidismo primario es aquel que sucede cuando los niveles de calcio circulantes en sangre son normales. La calcemia (nivel de calcio en sangre en situación de salud) está estrechamente regulada con unos valores de calcio total entre 2,2-2,6 mmol/L (9-10,5 mg/dL), y una calcio ionizado de 1,1-1,4 mmol/L (4,5-5,6 mg/dL). A pesar de esta “normalidad” mineral, las paratiroides producen más hormona paratiroidea de lo que deberían.

La prevalencia aproximada de esta variante es de 1-3 pacientes por cada 1.000 individuos de la población general, con una clara preferencia hacia el género femenino (a razón 2:1). Además de esto, la frecuencia más alta se observa a partir de los 60 años. El agente causal más común es la aparición de adenomas, tumores benignos que se forman en las paratiroides.

Por otro lado, el hiperparatiroidismo secundario sucede cuando, efectivamente, los niveles de calcio circulantes son más bajos de lo que deberían. Esta variante suele estar vinculada con la insuficiencia renal crónica, pues hasta un 20% de los que la sufren terminan por desarrollar hiperparatiroidismo secundario. También existen más variedades, si bien estas dos son las más relevantes a nivel médico.

2. Cáncer de la paratiroides

El cáncer de la paratiroides es un tipo de neoplasia excepcionalmente poco común que sucede cuando se forman células malignas en el tejido paratiroideo, lo que se traduce en la formación de tumores. El 85%-95% de los procesos tumorales en estas glándulas son benignos (los adenomas previamente nombrados), mientras que solo un 3% de los casos se atribuyen a cánceres paratiroideos.

Este tipo de neoplasia afecta a hombres y mujeres por igual, si bien es mucho más común en personas mayores de 30 años de edad. No se conocen las causas subyacentes, pero se sospecha que ciertas enfermedades genéticas o la exposición a tratamientos a base de radiación pueden llegar a favorecer su aparición.

Cáncer paratiroides

¿En qué consiste la extirpación de las glándulas paratiroideas?

La cirugía puede ser necesaria ante ambas patologías, dependiendo del estado del paciente y la progresión de la enfermedad. Las glándulas paratiroideas se extirpan, comúnmente, mediante una incisión quirúrgica de 5 a 10 centímetros en el centro del cuello.

Cabe destacar que no suele ser necesario extirpar las 4 glándulas paratiroideas a la vez. El cirujano puede seleccionar solo una de ellas y, mediante un procedimiento mínimamente invasivo (un corte de 2-3 centímetros) se extrae sin tocar ninguna otra estructura anatómica. Por suerte, con esto basta para tratar el hiperparatiroidismo primario en 6-7 de cada 10 pacientes. Esta operación se conoce como paratiroidectomía selectiva.

En los casos poco frecuentes en los que se deben extraer las 4 glándulas (o mejor dicho 3 y media), se selecciona una de ellas y se trasplanta una parte al antebrazo o junto a la tiroides. Esto se hace para asegurar que el paciente siga produciendo la hormona PTH, con el fin de mantener los niveles de calcio estables en sangre.

En base a la invasividad del proceso y cuántas glándulas se vayan a extirpar, el postoperatorio puede ser de tipo ambulatorio (el mismo día de la operación el paciente está en casa) o con un ingreso corto de 1 a 3 días de duración. Cabe destacar que la paratiroidectomía es muy poco dolorosa y no se suelen requerir más de 3 dosis de analgésicos para poder gestionar el malestar que provoca. Las actividades cotidianas pueden retomarse unos pocos días después del proceso y la sanación completa se alcanza en 1-3 semanas.

Cirugía glándulas paratiroideas

Riesgos de la paratiroidectomía

Como todo procedimiento quirúrgico, existen ciertos riesgos inherentes a esta operación. Por ejemplo, durante la operación el paciente puede presentar reacciones adversas a medicamentos, problemas para respirar, un sangrado descontrolado, la formación de coágulos y un aumento del riesgo de procesos infecciosos. Este tipo de problemas no son comunes, pero es necesario mencionarlos de todas formas.

Otra afección accesoria que sí es un poco más común es la afectación de los nervios de las cuerdas vocales, debido a su cercanía a las glándulas paratiroides. Aproximadamente el 5% de los pacientes presentan una afonía transitoria tras la operación, que suele durar de 2 a 10 semanas. Más raramente (en el 1-2% de los casos más complicados) esta afonía y debilidad fonadora son permanentes.

El último riesgo, si bien es extremadamente raro, es muy peligroso. El paciente puede presentar una agobiante dificultad respiratoria tras la intervención. Por suerte, casi siempre desaparece varias semanas o meses después de la operación.

¿Qué hacer frente a un hipoparatiroidismo?

Hemos dicho que son 3 las enfermedades típicas de las glándulas paratiroides: cáncer (relacionado con el hiperparatiroidismo primario en unos pocos casos), hiperparatiroidismo e hipoparatiroidismo. La extirpación de las glándulas paratiroideas pueden ser la solución de las dos primeras patologías pero, sin duda, no sirve para abordar un hipoparatiroidismo.

Cuando se produce una cantidad demasiado baja de PTH, los niveles de calcio circulante bajan y los de fósforo se elevan. En general, esto es producto de un ataque autoinmune mal dirigido que daña las células productoras de la hormona paratiroidea.

En los pacientes con hipoparatiroidismo se suele recurrir a la administración de suplementos de carbonato cálcico y vitamina D, los cuales pueden ser necesarios para toda la vida. También pueden ser útiles las inyecciones de PTH en algunos pacientes e, incluso, la administración de calcio intravenoso en los eventos más graves.

Resumen

Las glándulas paratiroideas son esenciales para un correcto funcionamiento del organismo y la integridad ósea del individuo, pues regula de forma directa la proporción de calcio circulante, con todo lo que esto conlleva. Por desgracia, cuando se produce PTH en exceso pueden aparecer distintos síntomas de gravedad variable, siendo la osteoporosis uno de los más llamativos.

Por esta razón, a veces puede ser necesaria la extracción de una o más glándulas paratiroideas. De todas formas, no se extraen las 4 por completo, pues es necesario que al menos un segmento de una de ellas siga produciendo PTH para mantener los niveles de calcio en sangre estables y evitar así una hipocalcemia.

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