Cirugía para alargar una nariz corta: procedimiento, precio y resultados

La rinoplastia de aumento es una cirugía muy extendida en ciertos países. Un repaso por los procedimientos para alargar una nariz demasiado corta.

Cirugía alargar nariz corta

La rinoplastia está entre una de las 5 cirugías estéticas más demandadas en la población general en muchas regiones del mundo. Sin ir más lejos, la American Society of Plastic Surgeons (ASPS) calculó que en el año 2017 se produjeron más de 200.000 rinoplastias. Este procedimiento es el tercero más común de índole estética en el país, si bien el número de pacientes se ha reducido en un 44% con respecto al año 2000.

En países como España, la rinoplastia es la quinta cirugía estética más demandada. Se calcula que 1 de cada 10.000 habitantes se ha sometido a ella, siendo el perfil típico el de una persona joven entre los 18 y los 45 años de edad. Aunque haya perdido fuerza en las últimas décadas, sin duda sigue siendo un procedimiento muy demandado.

En la mayoría de los casos, la rinoplastia se basa en la reducción de ciertas partes salientes de la nariz o de buscar asimetría en la cara del paciente, pero no todos los casos responden a este escenario: en algunas ocasiones, el paciente puede querer alargar su nariz corta. Si quieres saberlo todo sobre este procedimiento, sigue leyendo.

¿Qué es una rinoplastia?

Desde un punto de vista técnico, podemos definir una rinoplastia como un conjunto de procedimientos quirúrgicos en los que se busca resolver los principales problemas estéticos de la nariz, tales como la giba ósea (esa molesta “joroba” que le otorga a la nariz un aspecto de pico de águila), desviaciones hacia la derecha o izquierda de la totalidad de la nariz, malformaciones congénitas, ciertos trastornos de índole respiratoria o, que simplemente, situaciones en las que el/la paciente no está contento con su rostro debido a la nariz.

Existen dos tipos de procedimientos principales para realizar una rinoplastia:

  • Rinoplastia cerrada: es la más común. Se realizan los cambios pertinentes en la nariz a través de las fosas nasales, razón por la cual no deja cicatriz.
  • Rinoplastia abierta: en este caso se realizan cortes para dejar al descubierto huesos y cartílagos. Es una cirugía más laboriosa y solo se recomienda en casos complicados.

Si te estás planteando acudir a un cirujano estético para realizarte una rinoplastia, debes tener en cuenta que estamos ante un procedimiento quirúrgico relativamente inocuo, pero bastante laborioso en lo que a postoperatorio y cuidados se refiere. Sin ir más lejos, el paciente puede requerir la presencia de unos tapones nasales que mantengan las estructuras modificadas en su sitio durante hasta 5 días e ingerir alimentos únicamente líquidos por un tiempo. Desde luego, se trata de una operación con todas las letras, no de un retoque anecdótico.

Rinoplastia

¿En qué consiste una cirugía para alargar una nariz corta?

Se conoce como una nariz corta, chata o aplastada a aquella en la que la punta nasal es muy pequeña, dándole al rostro una apariencia “débil” y “sin carácter”. Entrecomillamos ambos adjetivos porque no podemos estar más en desacuerdo con esta definición profesional, pues ambas características vienen determinadas por el individuo, no por su fisiología externa. Quizá la nariz en cuestión no siga los cánones estéticos de Leonardo Da Vinci, pero únicamente es el paciente el que debe sopesar si está a gusto con ella o no.

Una nariz corta (desde un punto de vista médico y no solo estético) se debe, generalmente, a una falta del desarrollo de los cartílagos, lesiones, trastornos autoinmunes, abuso de drogas como la cocaína u otras operaciones estéticas que no han sido llevadas a cabo con éxito. En muchos casos no se trata solo de una cuestión de belleza, pues la propia capacidad respiratoria del paciente puede verse relativamente comprometida en su día a día.

Una vez dilucidado esto, es necesario recalcar que un alargamiento/remodelación de una nariz corta ha de realizarse mediante la introducción de injertos. Puede que te impacte lo siguiente que vas a leer, pero la mayoría de los injertos nasales son autólogos, es decir, provienen del propio paciente. Nos explicamos.

Los injertos autólogos en las rinoplastias de aumento

La mayoría de clínicas optan por utilizar tejidos del propio paciente para alargar la nariz, ya que son totalmente compatibles con su sistema inmune y el riesgo de rechazo es prácticamente nulo. Desde luego, no es lo mismo colocar una prótesis metálica bajo la piel de una persona que un segmento de su propio cuerpo, al menos desde un punto de vista fisiológico.

Para ello, se tiene que hacer una cirugía previa a la rinoplastia de aumento per sé. En este paso previo, el cirujano obtiene tejido del septo nasal (o incluso de la oreja) que posteriormente será injertado en la zona de interés. La lámina de septo nasal que sirve como donante se denomina cartílago cuadrangular. De todas formas, el cirujano debe dejar un soporte de este cartílago para que siga ejerciendo como sujeción interna de la nariz, pues no se puede arriesgar la fisiología de toda la zona en pos de un bienestar estético.

En caso de que sea la segunda operación de esta índole en el paciente, puede que mediante rayos X el cirujano observe que no hay suficiente tejido donante. En este caso, se acude a la zona auricular de la oreja, pues el tipo de cartílago es muy similar al que presentamos en la estructura nasal. Sabemos que suena desagradable, pero esta es la mejor forma de evitarse un rechazo del implante por parte del paciente, que sin duda será más dañino que este procedimiento previo.

Existen diversos tipos de injertos que se consideran en este tipo de procesos:

  • Injertos de cartílago: se usan para suplementar o sustituir los cartílagos del dorso y la punta de la nariz. Son los que ya hemos descrito en líneas anteriores.
  • Injertos de hueso: sirven como refuerzos para otros injertos y para suplementar estructuras nasales de naturaleza ósea, como el tabique.
  • Injertos de grasa: sirven para suavizar el contorno de la nariz y otras imperfecciones. Estos injertos proceden del área abdominal, pues es donde más grasa disponible suele haber.
Rinoplastia operación

¿Cómo se realiza la rinoplastia de aumento?

Dependiendo del tipo de operación, se puede optar por una anestesia general o total, si bien la segunda opción es la más común. El procedimiento en sí mismo no es demasiado complejo pues, como hemos dicho, en la mayoría de casos se recurre a las “rinoplastias cerradas” a través de las propias fosas nasales. Además de la colocación del injerto, también se pueden esculpir elementos óseos que provoquen imperfecciones en la armonía de la nariz.

El paciente podrá salir de la clínica en unas 4-6 horas tras la operación, así que no tiene por qué hacer noche en el hospital. De todas formas y como hemos dicho previamente, la recuperación es relativamente lenta y costosa para tratarse de una cirugía estética. Antes de someterte a ella, infórmate bien de los cuidados post-operatorios, pues te aseguramos que no son tan sencillos de gestionar como en un principio podría parecer en muchos casos.

Consideraciones

Tal y como indican múltiples portales de índole quirúrgica (muy adecuadamente, a nuestro parecer), lo más importante de una cirugía para alargar una nariz corta no es lo estético, sino lo funcional. Ante todo, lo más importante es que el paciente recupere una respiración natural y, después de ello, va de la mano un bienestar físico y emocional gracias a una nariz “más armónica”, al menos bajo estándares típicos.

Esto se traduce a que lo más sensato no es que el paciente vaya a la consulta con una “nariz ideal” en mente sino que, en base a su fisiología facial y a la disponibilidad de injertos autólogos, se seguirá el mejor procedimiento posible para obtener una funcionalidad respiratoria mejor, y luego, un bienestar estético. Cabe mencionar que el precio oscila entre los 2.900 - 3.800 euros/dólares.

Rinoplastia resultados

Resumen

¿Qué decir manteniendo la imparcialidad? Una rinoplastia no es moco de pavo, pues el postoperatorio es costoso y existen múltiples riesgos a tener en cuenta: obstrucciones nasales, sangrados intensos, vasos sanguíneos rotos que requieren de cauterización, infecciones, o simplemente que el paciente no reciba el resultado estético deseado.

Por ello, te aconsejamos que te plantees este tipo de cirugías únicamente si tu fisiología facial te dificulta ciertas tareas del día a día, tales como respirar o hacer ejercicio, o si tu nariz te supone un verdadero problema de autoestima más allá de lo anecdótico. Es mucho mejor aceptar que la armonía facial es una quimera y que los estándares estéticos están para romperlos que dejarse un dineral en un resultado seguramente insatisfactorio.

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