Los 8 tipos de sangre (y sus características)

Existen criterios para categorizar los tipos de sangre más allá del sistema AB0. En esta oportunidad, te contamos los más relevantes, con base en los antígenos de los eritrocitos.

Tipos sangre

La sangre es un fluido imprescindible para la existencia humana. Se estima que el ser humano medio presenta en su sistema circulatorio unos 4,5 litros de sangre, los cuales son bombeados casi en su totalidad por el corazón en un minuto. Este líquido vital posibilita el transporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos, permite que se produzcan mecanismos de termorregulación en homeotermos, transporta a las células inmunitarias del organismo y otras muchas labores más esenciales para la vida.

El volumen sanguíneo en una persona de peso medio es del 7% (o 70 mililitros/kilogramo de peso). Si se produce una lesión grave que promueve hemorragia, se considera que se requiere una transfusión urgente cuando el sangrado excede el 30% de la volemia total (III). Si no se realiza esta intervención pronto, la muerte está casi asegurada: debido al bajo contenido de sangre en el sistema, el corazón se vuelve incapaz de bombear y se produce un shock hipovolémico letal. Este evento provoca el 80% de las muertes intraoperatorias.

En estos casos, se hace necesario conocer cuáles son los tipos sanguíneos presentes en la población general y su compatibilidad (o falta de ella). A continuación, te mostramos los 8 tipos de sangre y sus características, alejándonos un poco de la superficialidad de la clasificación AB0. No te lo pierdas.

¿Cómo se clasifican los tipos de sangre?

En primer lugar, cabe destacar que los grupos sanguíneos son heredables y siguen un patrón de herencia mendeliana. Para comprender las líneas venideras, es esencial tener una base sobre genética, aunque sea a grandes rasgos. Comenzamos diciendo que los seres humanos somos organismos diploides (2n), es decir, cada una de nuestras células contiene una serie de cromosomas emparejados dentro del núcleo. De cada pareja, un cromosoma proviene del padre y otro de la madre.

Por otro lado, cada gen heredado presenta una serie de variaciones, también conocidas como alelos. Un alelo es dominante (A) cuando se expresa independientemente del alelo del cromosoma emparejado, mientras que es recesivo (a) si requiere que su copia sea igual a él para manifestarse (aa). Para un carácter concreto, una persona puede ser homocigótica dominante (AA), homocigótica recesiva (aa) o heterocigótica (Aa). En el último caso, solo se expresa el alelo dominante (A) y el recesivo (a) permanece enmascarado.

Con esta pequeña clase expréss de genética, será sencillo comprender el por qué de muchas de las distribuciones alélicas en apartados posteriores. A continuación, te presentamos los 8 tipos de grupos sanguíneos existentes según su criterio clasificatorio.

1. Sistema AB0

Este grupo es el más conocido de todos y, sin duda, el de mayor significancia médica. Por su parte, el gen AB0 que condiciona esta cualidad es trialélico, lo que significa que se presenta en 3 alelos diferentes. Los alelos A y B son dominantes (codominantes), mientras que el 0 es recesivo, así que tiene menor probabilidad de expresarse. Toda esta información se encuentra codificada en el cromosoma 9 del cariotipo humano.

Estos genes codifican la presencia de antígenos A, B o ninguno de ellos (0) en la membrana de los glóbulos rojos. Una persona con el grupo sanguíneo A presenta antígenos A en sus eritrocitos, pero también anticuerpos anti-B circulantes (de tipo IgG e IgM). En la persona del grupo B ocurre todo lo contrario. Por otro lado, los del grupo AB no tienen anticuerpos para ningún antígeno y los del grupo 0 no tienen antígenos, pero sí anticuerpos anti-A y anti-B.

La combinación entre todos estos alelos puede dar lugar a los grupos sanguíneos que conocemos, siguiendo el patrón de herencia mendeliano típico. Por ello, si una persona es B0 (grupo B heredado de la madre y 0 del padre) será del grupo B, ya que el alelo B es dominante sobre el 0. Para que una persona sea grupo 0, ambos alelos deben ser 0 (00).

Sistema AB0

2. Sistema Rh

El factor Rh es una proteína integrada en los glóbulos rojos que determina, según su ausencia (Rh-) o presencia (Rh+), dos tipos sanguíneos nuevos. Esta clasificación no tiene nada que ver con el grupo AB0 (se hereda por separado), así que una persona puede ser AB Rh+ y otra AB Rh- sin ningún problema.

Esta característica puede sonar anecdótica, pero en contadas ocasiones supone un peligro real para el feto durante el embarazo. Si por cualquier motivo (una microhemorragia, por ejemplo) la sangre de un bebé Rh+ entra en el torrente sanguíneo de una madre Rh- durante la gestación, esta percibirá a los eritrocitos del infante como patógenos y comenzará a destruirlos a nivel inmunitario. Así tiene lugar un cuadro que se conoce a nivel médico como “enfermedad hemolítica del recién nacido”, caracterizado por una marcada anemia en el bebé.

3. Sistema MNS

De nuevo, otro sistema que recibe su nombre por 3 variantes: M, N y S. Está determinado por dos genes (a diferencia del sistema AB0), glicoforina A y B, que codifican para esta proteína en el cromosoma 4. Sus dinámicas antigénicas son mucho más complejas que las de los grupos anteriores, así que nos las dejamos para otra ocasión.

4. Sistema antígeno luterano

En esta ocasión, se tienen en cuenta 4 pares de antígenos alélicos, debidos a la sustitución de un solo aminoácido en la glicoproteína Lutheran, codificada en el genoma del cromosoma 19. Los anticuerpos contra estos antígenos son muy extraños y, por ello, este grupo sanguíneo no ha adquirido la importancia del AB0 o RH a lo largo del tiempo.

5. Sistema KELL

En este caso, los antígenos que determinan el grupo sanguíneo son K, k, Kpa, Kpb, Jsa y Jsb. Cada uno de estos antígenos son péptidos que se encuentran dentro de la proteína Kell, esencial en la membrana de los glóbulos rojos y otros tejidos.

Este sistema de determinación sanguínea sí que es importante, pues es uno de los principales responsables de incompatibilidades durante transfusiones, solamente superado por el AB0 y RH. Si un paciente dado presenta anticuerpos circulantes Anti-K para una muestra de sangre con los antígenos de superficie citados, los destruirá mediante un proceso denominado hemólisis. Esta respuesta inmunitaria puede ser muy grave.

Sistema Kell

6. Sistema DUFFY

En esta ocasión, no es tan importante el grupo que codifica el antígeno DUFFY como sus efectos. Por increíble que parezca, las personas que no presentan este antígeno en la superficie de sus eritrocitos parecen ser resistentes a enfermedades parasíticas como la malaria (provocada por Plasmodium vivax), ya que el patógeno no puede utilizar este antígeno como receptor e ingresar en los glóbulos rojos para infectarlos.

7. Sistema KIDD

El antígeno KIDD (también conocido como antígeno Jk) se encuentra en una proteína de los eritrocitos responsable del transporte de urea en el torrente sanguíneo hasta los riñones. Esta forma de clasificación también es importante, pues las personas con alelos Jk(a) pueden crear antígenos para los grupos sanguíneos Jk(b), dando lugar a la hemólisis antes citada, que se trata de evitar a toda costa en el proceso de transfusión sanguínea.

8. Otros sistemas

Podríamos continuar esta lista durante mucho más tiempo, pues a día de hoy se han realizado 33 sistemas sanguíneos con base en más de 300 antígenos, tal y como indica la International Society of Blood Transfusion. Casi todos los genes que codifican para estos antígenos se codifican en cromosomas autosómicos (no sexuales), así que siguen los patrones de herencia mendelianos típicos.

Otros sistemas sanguíneos

Resumen

Como habrás podido comprobar, existe un mundo entero a la hora de hablar de los tipos de sangre si nos alejamos un poco del sistema AB0 clásico. De todas formas, este es el más importante de todos, ya que todos los subtipos de esta categoría presentan anticuerpos para otro grupo sanguíneo, menos el AB. Por ello, si no se tiene cuidado, una transfusión sanguínea entre grupos incompatibles puede dar lugar a resultados clínicos desastrosos.

Más allá del AB0, los sistemas Rh y KELL son muy importantes, destacando el primero en la gestación y embarazo. Por suerte, las madres con un factor Rh incompatible al de los hijos pueden someterse a un proceso de “vacunación” de inmunización, lo que evita que el sistema inmunitario materno rechace el antígeno Rh durante el embarazo. Sin duda, el terreno de la compatibilidad sanguínea es impresionante.

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