Los 12 consejos para cuidar la higiene dental y bucal

La higiene bucal es muy importante ya no solo por el factor estético, sino porque nos ayuda preservar la salud tanto de la boca como del resto del cuerpo.

Consejos cuidar higiene dental bucal

Así como nos esforzamos en mantener nuestro cuerpo saludable, a través del ejercicio y una alimentación sana, de la misma manera nos debemos enfocar en mantener nuestra salud bucodental. Ya que nuestra boca no solo es una carta de presentación gracias a nuestra sonrisa, sino que es una muestra propia de la salud. Además, cuando descuidamos su limpieza, aumenta el riesgo de padecer enfermedades graves como la diabetes e incluso patologías cardíacas.

Por ello, es importante adquirir y mantener una rutina de higiene diaria, cepillando de dientes 3 veces al día y usando el hilo dental. En el artículo de hoy hablaremos sobre la importancia de mantener la salud bucal y presentaremos los mejores consejos para conseguirlo.

¿Por qué es importante mantener una salud bucodental?

En esencia, la mayor importancia que podemos mencionar acerca de la salud bucodental es evitar que la salud y la calidad de vida de una persona desmejore debido a la aparición de caries, gingivitis, afecciones de las encías, llagas, etc, las cuales, si no son tratadas a tiempo pueden crear un efecto bola de nieve y agravar el estado normal de la boca e incluso extenderse a otros lugares del cuerpo, como el sistema respiratorio o cardiovascular. Y es que las infecciones bucales pueden diseminar a otras regiones del organismo.

Además, se ve afectada la parte estética, pues la mala calidad de cuidado higiénico que se tiene se ve reflejada en la sonrisa o en el aliento, delatando así que hay algo malo ocurriendo dentro de la cavidad bucal. Esto causa también un decaimiento en la autoestima por el cambio de percepción que puedan tener los demás hacia la persona.

¿Cómo puedo cuidar la salud de mi boca?

No solo se trata de cepillar 3 veces al día los dientes, sino de hacerlo de la manera correcta, utilizar hilos dentales y tener cuidado con lo que consumimos, pero eso lo explicaremos con más detalles en los consejos que te mostraremos a continuación.

1. Cepíllate los dientes correctamente

Debemos tener un correcto cepillado, pero, ¿eso qué significa? Los dientes de abajo se deben cepillar hacia arriba y los de arriba hacia abajo, las muelas en movimientos circulares y no olvidarnos de la lengua. Además, hay que hacerlo despacio y con movimientos suaves (para evitar causar dolor y generar más complicaciones) con un cepillo de dientes de cerdas firmes o especial si tienes alguna condición específica, el cual debes asegurar de cambiar cada 3 meses para evitar que se aniden bacterias y la limpieza siga siendo efectiva.

¿Por qué hay que cepillarse después de cada comida y antes de dormir? Esto es para evitar que los microresiduos se acumulen entre los dientes y generen problemas en las encías, suciedad o contribuyan con la aparición de caries. Haciendo un mayor énfasis a hacerlo antes de dormir para evitar que las bacterias se aferren con más fuerza a la boca.

Pero debes tener cuidado de hacerlo por lo menos 20-40 minutos después de ingerir alimentos, ya que la boca tiene un pH alcalino y por lo general los alimentos que consumimos son más ácidos. De manera que, al ingerir o beber algo, el pH de la boca disminuye y tarda algún tiempo en recuperar su alcalinidad, durante ese tiempo, el ácido ataca el esmalte dental y si nos cepillamos inmediatamente, este ácido puede esparcirse por toda la boca y los dientes.

Como recomendación, si no puedes esperar ese tiempo para cepillarte, entonces, lo mejor que puedes hacer es masticar un chicle sin azúcar y enjuagar la boca. De esta manera se arrastra el ácido, gracias a que la saliva generada por la goma de mascar hace que se restablezca más rápidamente la alcalinidad.

Cepillarse dientes

2. Bebe suficiente agua

Beber al menos dos litros de agua diariamente, no solo ayuda a mantenernos hidratados, sino también a mantener la salud bucodental, pues el agua funciona como una barrera protectora frente a la aparición de bacterias. Mientras más hidratados estamos, mayor será la producción de saliva y por ende mayor será la protección que le demos a nuestra boca. Por el contrario, la falta de líquido en el cuerpo permite la aparición de placa bacteriana y, por lo tanto, una aglomeración de problemas bucales.

3. Reduce las bebidas azucaradas

Desde niños hemos escuchado a nuestros padres decir que los dulces dañan los dientes y esto no está lejos de la realidad, el azúcar daña el esmalte dental y ayuda a la aparición de las caries. El problema surge si ingerimos alimentos o golosinas con mucho azúcar y no tenemos buenos hábitos de higiene bucal, pues las bacterias se alimentan de dicho azúcar, haciendo que se liberen ácidos que promueven el deterioro de los dientes.

¿Cómo podemos evitarlo? A la hora de tomar café, té o jugos naturales, es preferible endulzarlos con productos naturales como la estevia o consumir las variedades light, las cuales prescinden de los azúcares y usan edulcorantes artificiales. De todos, sigue sin estar muy claro sin son totalmente inofensivos para la salud bucal.

4. Evita los cambios de temperaturas en alimentos

Tanto los alimentos y bebidas muy calientes como muy fríos también pueden afectar la salud de nuestra boca, ya que puede dañar el esmalte de los dientes, generar lesiones en las encías, lenguas, mejillas y esófago, causar sensibilidad dental, vulnerabilidad para la aparición y reproducción de bacterias. En este caso, es preferible que consumas alimentos tibios y beber agua en temperatura ambiente o que no se encuentre congelada.

5. Reduce la ingesta de cítricos

Las frutas cítricas como limón, naranja y pomelo pueden ser perjudiciales para los dientes si se consumen de manera contínua, tanto forma de frutas como en bebidas. Esto se debe a que la acidez que poseen causan daños a los esmaltes dentales, generan sensibilidad o irritación en las encías y hacen a la boca susceptible a la presencia de bacterias.

Otras bebidas que debes reducir lo más posible son el vino, el café y el té ya que tienen altos contenidos de taninos que pueden teñir los dientes, dándole una coloración amarillenta que resulta antiestética, aunque esto solo ocurre en casos de consumo muy excesivo.

6. Usa el hilo dental y enjuagues bucales

Muy pocas veces tomamos en serio la importancia de utilizar el hilo dental para garantizar una excelente salud bucal, pero esta es una herramienta que nos favorece ya que se encarga de limpiar todas aquellas micropartículas de los lugares que las cerdas de los cepillos no son capaces de llegar. Por su parte, el enjuague bucal se encarga de limpiar la boca por completo, pero eso sí, hay que utilizarlo solo una vez al día ya que puede ser muy fuerte para las encías. Asegúrate que contenga flúor para así fortalecer el esmalte dental y toda la cavidad bucal.

Para usar efectivamente el hilo dental tienes que envolver sus extremos alrededor de los dedos índices de cada mano, pasarlo entre cada diente y alrededor de ellos con suavidad. Eso sí, fíjate si existe sangrado o hinchazón en las encías luego de su uso, pues eso es una señal de un problema que debes tratar con el odontólogo.

7. No fumes

El tabaco, de por sí, trae muchas consecuencias negativas para el organismo. Algunas de las más conocidas son los problemas respiratorios y el cáncer, pero además, tiende a debilitar la fuerza y el esmalte de los dientes, además de mancharlos. Esto se produce debido a la nicotina, la cual hace que las arterias se contraigan, dando como resultado que el aporte de sangre, oxígeno y células sanguíneas encargadas de reparar y regenerar el soporte de los dientes sea menor, causando la aparición de la placa bacteriana y el desprendimiento de los dientes.

8. Visita al dentista con frecuencia

Muchos no encuentran para nada placentero ir al dentista, ya que podemos pasar un mal rato con el sonido abrumador de las máquinas limpiadoras y el dolor que nos queda en la boca. Sin embargo, esta es la manera más efectiva de garantizar nuestra salud bucal, ya que el odontólogo es el único especialista capaz de asesorarnos y ayudarnos a mantener los cuidados bucodentales necesarios para cada caso personal.

9. No te muerdas las uñas

La onicofagia es más común de lo que parece y se da como una forma de lidiar con la ansiedad y el estrés, ya que ayuda al cerebro a distraerse. Sin embargo, este mal hábito causa desgastes en el esmalte dental y origina pequeñas lesiones en los dientes que, a largo plazo, provoca sensibilidad a los alimentos tanto fríos como calientes y al masticar se puede sentir dolores muy intensos.

Otra recomendación importante que debes conocer es que nunca debes utilizar los dientes para romper nueces, abrir paquetes o quitarle las tapas a las botellas, esto hace que los dientes puedan quebrarse y desgastar el esmalte, debido a la presión que se ejerce.

Morderse uñas

10. Cepilla también la lengua

Por lo general, tendemos a olvidarnos de limpiar nuestra lengua porque no encontramos la importancia de hacerlo, pero eso es un grave error. Pese a no ser una superficie como la de los dientes, la lengua tiene pequeñas grietas donde se acumulan bacterias que producen mal aliento. Por ello, es indispensable limpiar con el cepillo dental toda la zona y hacerlo de atrás hacia delante para evitar que los restos de comida se queden adheridos a la superficie de la lengua y así mantener una buena higiene bucal.

11. Dile sí a las vitaminas

Las vitaminas no solo ayudan a reforzar nuestro sistema inmune o a mantener un buen cuidado estético, sino que pueden reforzar la salud bucal. En este caso, se recomienda tanto ingerir vitaminas recetadas como alimentos ricos en vitaminas A, C, D y K, además de calcio, fósforo y magnesio, permitiendo que las encías se mantengan fuertes y se prevenga la aparición de cualquier enfermedad. Recurrir a suplementos vitamínicos solo debería hacerse si un médico lo recomienda.

12. Protege tus dientes de las actividades físicas

A pesar de que, al tacto, los dientes puedan sentirse duros y resistentes, estos pueden caerse con un golpe o una caída significativamente fuerte. También pueden originarse lesiones importantes, roturas de vasos sanguíneos, fracturas en los huesos maxilares o traumas en los dientes. Por ello, es importante, si realizas actividades deportivas de contacto o donde puedas tener el riesgo de un accidente, utilices protectores bucales.

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