9 grandes beneficios de dejar de fumar tabaco en la salud

Todos sabemos que fumar es un hábito terrible para nuestra salud, pero no siempre somos conscientes de lo que nos va en ello. Dejando de fumar ganamos muchísima calidad de vida.

Beneficios dejar fumar

Toda persona fumadora piensa alguna vez sobre los posibles beneficios de dejar de fumar tabaco en la salud. La mayoría ha intentado dejar el tabaco alguna vez, pero a veces es conveniente un poco de ayuda a entender bien lo que nos jugamos estando acompañados por el humo del cigarrillo.

Este artículo repasa los motivos básicos por los que es conveniente alejarse del tabaco. Intentaremos de este modo convencer a quien sea aún fumador para transmitir lo mucho que perdemos si continuamos fumando, así y lo mucho que ganaríamos si lo dejáramos.

Dejar de fumar tabaco y sus principales 9 beneficios en la salud

Como veremos a continuación, el tabaco causa multitud de problemas reales y potenciales. Aumenta el riesgo que tenemos de sufrir multitud de enfermedades, destacando las de tipo cardiovascular, respiratorias, y las asociadas al cáncer.

Pero eso no es todo; a continuación vemos cuáles son los principales beneficios de dejar de fumar tabaco en la salud.

1. Respirar mejor

El monóxido de carbono es una sustancia que se encuentra en el humo del tabaco y hace que sintamos que nos falta más el aliento del que debería después de realizar algún tipo de ejercicio o esfuerzo físico.

Pues bien, al cabo de 24 horas de dejar de fumar ya tendremos unas concentraciones normales en sangre. A partir de ahí el funcionamiento mejora con el tiempo, desapareciendo los síntomas como la tos. Los pulmones se pueden regenerar y expulsar cada vez más toxinas para que al cabo de los meses podamos volver a correr sin cansarnos tanto.

2. Tener menos posibilidades de desarrollar un cáncer

El fumador sufre de muchísimas complicaciones en muchas enfermedades que pueden causarle la muerte, pero el cáncer es probablemente la causa más temida.

El cáncer de pulmón es el cáncer que más se asocia al tabaquismo, pero fumar también causa cáncer en muchas otras partes del cuerpo: colon, páncreas, tráquea, riñón, laringe, cuello uterino, boca, nariz, garganta, vejiga. estómago, sangre, … la lista es casi interminable. Y la muerte de muchos de estos cánceres es dura de verdad.

3. Tener menos posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular

El corazón y el sistema circulatorio en general también sufre mucho con el tabaco aunque no lo parezca. Las complicaciones que conlleva son varias: arteriosclerosis, hipertensión, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad isquémica, muerte súbita, aneurisma de la aorta abdominal, ...

Recuperar la salud cardiovascular no es algo que el ex fumador pueda recuperar en un periquete, pues se necesitan años más de 10 años en equiparar los riesgos de un ex fumador a los de un fumador.

4. Dormir mejor

Fumar tabaco aumenta las posibilidades de sufrir trastornos relacionados con el sueño. Que no tengamos nicotina durante la noche estresa a nuestro cuerpo, pues necesita la sustancia que no está recibiendo.

Dejando de fumar podemos darle un respiro a nuestro cuerpo para que pueda sencillamente desconectar de todo sin necesitar esta sustancia externa. Nuestro cuerpo necesita recomponerse durante la noche, es el momento en el que aprovecha para regenerar muchos tejidos, y garantizando un buen descanso también permitimos estar en mejor forma y más jóvenes.

5. Recuperación del sentido del olfato

El fumador sufre de algo que puede parecer menor pero que es triste, y es que no se disfruta igual de la comida que cuando no se fuma. Está demostrado que las papilas gustativas, esos sensores que tenemos en la lengua y que nos permiten reconocer los gustos, quedan significativamente dañados a causa del tabaco.

El origen de esta afectación está en que a las papilas gustativas no les llega bien la sangre a través del riego sanguíneo si fumamos, por lo que quedan parcialmente atrofiadas. No lo dudes, ¡si dejas de fumar vas a disfrutar más de este otro placer de la vida que es la comida!

6. No envejecer

Si fumas castigas a muchos órganos que están en el interior del cuerpo, pero también a otro que vemos todos los días delante del espejo: la piel.

Nuestra piel es un tejido que queda muy dañado si fumamos tabaco. El humo del tabaco contiene sustancias muy dañinas que hacen que nuestro cuerpo tenga que luchar para deshacerse de ellas. Nuestro cuerpo necesita más vitamina C por ejemplo, y nuestra piel pierde elasticidad porque el humo del tabaco afecta a su colágeno.

Si quieres tener una piel sana y joven dejar de fumar tendría que ser innegociable.

7. Mal olor

Fumar tabaco hace que tu boca huela mal, por lo que no todo el mundo de besaría con las mismas ganas que si no fumaras.

Además, la ropa y los cabellos quedan impregnados del olor característico del tabaco, que no es precisamente un gran perfume para quien no es fumador. Incluso hay muchos fumadores a los que les ofende el olor que desprenden los cigarrillos.

8. Avanza la menopausia

Se ha estudiado que el tabaco avanza la llegada de la menopausia, la cual cosa no nos debería sorprender, pues como hemos dicho anteriormente el tabaco nos envejece.

Si quieres tener una vida de mujer jovial durante más años dejar de fumar debería ser un objetivo claro. La llegada de la menopausia debería ser por razones naturales y no porque esta sustancia nos ha llevado a tenerla antes.

9. Bienestar psicológico

Aunque parezca mentira, el tabaco nos afecta a nivel psicológico. La persona fumadora tal vez no lo nota, pero presenta más ansiedad, estrés, y hasta síntomas emocionales característicos de trastornos depresivos.

Estar enganchado al tabaco implica una serie de conductas propias de una persona adicta, pues al fin y al cabo estamos hablando de una droga. Esto puede minar la autoconfianza y la autoestima, y justamente dejar de fumar es un chute de sentimientos positivos; quien deja de fumar siente orgullo y control sobre su vida.

Referencias bibliográficas

  • Carr, A. (1998). Dejar de fumar es fácil, si sabes cómo. Madrid: Espasa-Calpe

  • Jha, P. y Peto, R. (2014). Global effects of smoking, of quitting, and of taxing tobacco. The New England Journal of Medicine. 370 (1), 60–8.

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  • Thun, M.J., Day-Lally, C.A., Calle, E.E., Flanders, W.D. y Heath, C.W. (1995). Excess mortality among cigarette smokers: changes in a 20-year interval. American Journal of Public Health. 85 (9), 1223–30.

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