Los 5 tipos de hipnosis (y cómo funcionan)

La hipnoterapia puede ayudarnos a desenredar los nudos de nuestra mente y ayudar a mejorar nuestro bienestar.

Tipos de hipnosis

De seguro has visto en alguna película o leído en un libro acerca de la hipnosis, ese procedimiento psicológico -y hasta casi místico- en el que un experto logra llevar a una persona a un estado de semiinconsciencia y dónde a través de la sugestión puede modificar algunos aspectos de su comportamiento o traer viejas memorias a su mente que parecen haber sido olvidadas.

Sin embargo, este proceso tiene mucha ciencia y nada de trucos mágicos detrás de su ejecución, además de que se necesita la plena voluntad y trabajo de ambas partes para que el resultado sea favorable. Cuando se logra, puede traer muchos beneficios al paciente, además de darle ese empujón necesario hacia el cambio, que de una manera más ‘consciente’ no logra percibir.

¿Alguna vez te ha causado intriga ser hipnotizado? Pues en este artículo descubrirás los distintos tipos de hipnosis que existen y cómo funciona cada uno de ellos, así como sus beneficios y aplicaciones terapéuticas.

¿Qué es la hipnosis?

Como acabamos de mencionar, la hipnosis se trata de una herramienta clínica psicológica que ayuda a una persona a conseguir cambios en su comportamiento o en algunos casos, para que pueda traer a colación algunos recuerdos que se ha olvidado y esclarecer lagunas mentales (si es que no existe una enfermedad que la cause). La misma se lleva a cabo mediante un proceso de meditación y relajación profunda, para que la persona pueda acceder a su información de manera amplia y sin resistencias.

Sin embargo, cabe aclarar que este procedimiento no es recomendado o no tiene la misma funcionalidad en todas las personas, ya que tiene que existir la voluntad de colaboración y la capacidad de relajar el cuerpo. Algunos pacientes pueden relajarse de más y caer dormidos por completo, mientras que otros tienen problemas para alcanzar este estado y la hipnosis simplemente no se da.

¿Para qué sirve la hipnosis?

Este tipo de abordaje se implementa cuando la persona ha atravesado algún tipo de trauma que impide traer por sí mismo algún tipo de información o generar una acción, ya que el inconsciente crea un muro para evitar que la misma vuelva a sufrir las emociones negativas de dicho episodio. Lo cual ayuda a la superación de los mismos y a la resolución de diversos problemas de una manera efectiva y perdurable.

Es ideal para tratar miedos, fobias, experiencias traumáticas, adicciones a ciertas sustancias (por lo general alcohol y cigarrillos), traer recuerdos de la infancia, cambiar algunas conductas, entre otras aplicaciones posibles.

5 tipos de hipnosis y cómo funcionan

La hipnosis no se hace de una sola manera obligatoriamente, esto va a depender del tipo de cliente y del objetivo que se quiera alcanzar.

1. Hipnosis tradicional o por sugestión

Sigmund Freud

Este es el tipo de hipnosis más común de todas y también la más antigua de la historia, sus orígenes se remontan al siglo XVIII. Se popularizó gracias a Franz Mesmer, quien utilizaba una serie de imanes para lograr llevar a la persona a un estado de semiinconsciencia a través del magnetismo animal, la cual propone que, al traspasar la energía de una persona saludable a otra enferma, podía curarse. Posteriormente, se le llamaría a esta práctica ‘mesmerismo’ en honor a Mesmer.

Tiempo después, otros profesionales intentaron darle un sentido más científico y humano a la práctica de la hipnosis, comenzando con James Braid quien afirmaba que este era un estado del sistema nervioso (contradiciendo la propuesta mesmerista). Por otro lado, Pierre Janet le atribuyó un sentido de disociación psicológica, hasta llegar finalmente, a la versión más moderna de la hipnosis clásica, propuesta por Sigmund Freud, en la cual planteaba que se podía utilizar este método para desentrañar memorias o recuerdos reprimidos y ayudar al paciente a superar un trauma (base que se utilizó para las teorías del psicoanálisis).

Con esto en consideración, podemos decir que la hipnosis tradicional (tal y como la conocemos ahora) se basa en un procedimiento clínico psicológico que lleva a la inducción de un estado de trance a través de la relajación total de la mente de la persona. De esa manera, estando en un estado de semiinconsciencia es posible sugestionar al individuo a través de consignas verbales que orienten al hipnotista hacia sus conductas, comportamientos o contenido mental.

2. Hipnosis ericksoniana

Este tipo de hipnosis surge de una propuesta realizada por el psicólogo estadounidense y pionero de la psicoterapia Milton H. Erickson, la cual se distingue con claridad de la tradicional en cuanto al uso del contenido verbal con el cual se induce el estado de trance. En esta hipnosis, en lugar de generar sugestiones directas hacia un camino específico (por ejemplo, hablar sobre una conducta o un pensamiento en concreto) se utilizan una serie de metáforas con las cuales la persona es capaz de dar un discurso más flexible, creativo y abierto.

Esto se realiza con la intención de que la persona logre bajar sus defensas por completo y puedan hablar con libertad sobre lo que sea que los haya llevado a terapia. Este tipo de hipnosis es ideal para aquellas personas que tienen problemas para relajarse por completo, no pueden dejar la mente en blanco, son difíciles de sugestionar, son refractarias a la hipnosis o tienen dificultades para confiar en el proceso.

Cabe destacar que muchas personas tienden a confundir al autor de este procedimiento (Milton H. Erickson) por el psicólogo evolutivo y discípulo de Freud, Erik Erikson.

3. Programación Neurolingüística (PNL)

Podemos decir que este es el tipo de hipnosis más novedoso y actual que existe, aunque no se utilicen directamente los procedimientos de la hipnosis como tal, si comparten sus métodos y sus objetivos, el cual es cambiar el pensamiento de la persona e influir en un comportamiento más beneficioso para la misma. Por ello, se utilizan modelos de pensamiento y el lenguaje para promover cambios favorables en la manera de actuar de dicha persona y mejorar sus habilidades psicológicas.

Fue desarrollada por Richard Bandler y John Grinder, quienes le dieron su propia interpretación a los métodos utilizados en la hipnosis ericksoniana, pero añadiendo un poco más de enfoque al lenguaje, ya que afirman que tiene una estrecha relación con los procesos neurológicos y los patrones del comportamiento. El objetivo es que la persona pueda cambiar el discurso propio mental para que tenga mayor control sobre sus actos, en pro a mejorar sus capacidades.

Esta técnica es considerada una pseudociencia de comunicación y desarrollo personal, aunque es muy utilizada en la psicoterapia como herramienta adicional para mejorar la confianza de algunos pacientes u orientarlos a la toma de mejores decisiones y resoluciones de problemas.

4. Hipnosis cognitivo-conductual

Aunque al principio de su implementación como propuesta para procesos psicológicos, no estuviese precisamente aceptada por la corriente conductual debido a su esencia subjetiva y como proceso de la mente inconsciente (aceptada en este caso por el psicoanálisis), con el paso del tiempo y más estudios ahora, la corriente cognitivo-conductual ha adquirido su propio procedimiento de hipnosis. El cual se basa en una serie de métodos basados en la sugestión para realizar cambios directos en el comportamiento o en la conducta de la persona.

Este procedimiento se realiza como un resultado obtenido de distintos métodos previos, como la relajación corporal, el uso de la imaginación, la creatividad y trabajando el sistema de creencias propias de la persona.

La gran diferencia que tiene este tipo de hipnosis con el resto es que se utiliza como parte complementaria de una intervención mayor y enfocada en un problema en específico (cambiar un pensamiento repetitivo, romper obsesiones, cambiar comportamientos, modificar conductas, como trabajo de superación de adicciones y problemas del sueño-vigilia).

5. Autohipnosis

Como su nombre lo indica, es un tipo de hipnosis que una persona puede implementarse en sí misma, reduciéndose al estado hipnótico a través de autosugestiones y otras herramientas de apoyo externo para que la persona mantenga su concentración y no distraiga sus pensamientos. Entre estas herramientas de apoyo están las grabaciones de voz (donde se graban las consignas para la sugestión), así como sonidos naturales que lleven a la relajación o aparatos que logran alterar las ondas cerebrales para desenfocar el estado de consciencia y llevarlo al de semiinconsciencia.

Este tipo de hipnosis se utiliza sobretodo para controlar y enfocarse en las situaciones cotidianas (por ejemplo, esclarecer la mente para encontrar soluciones a un problema o para alejarse del estrés) con la finalidad de reforzar las habilidades personales y la asertividad. Es muy utilizado para enfrentarse a un reto intimidante, superar un miedo, relajar el cuerpo, descansar la mente, encontrar un equilibrio para el sueño o estimularse para empezar un nuevo hábito beneficioso.

Si te interesa realizar esta práctica, debes tener en cuenta que parte del éxito de la misma recae en tu voluntad de hacerlo funcionar, así como comprometerse a lograr la relajación completa de tu mente y cuerpo. Habla primero con tu terapeuta para evaluar los pros y contras de intentarlo, si es para tu beneficio entonces, ¿por qué no intentarlo? Quizás te sorprenderás con los resultados que puedas conseguir, además de aprender una nueva técnica positiva.

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