Los sesgos son distorsiones de la realidad o mecanismos de toma inconsciente de decisiones que se realizan de manera rápida sin realizar una reflexión previa. Normalmente su utilidad reside en mantener una mayor estabilidad en nuestra manera de pensar, protegiéndonos a nosotros mismos y creyendo que tenemos más control en nuestra vida.
Es frecuente que aparezcan en el ámbito social, cuando queremos realizar una atribución causal, normalmente vincularesmos las conductas propias a factores externos y las de los otros a variables internas. En referencia a la atribución de fracasos y éxitos normalmente concebimos los éxitos propios a factores internos y los fracasos a factores externos, en referencias el endogrupos, propio grupo, hacemos lo mismo. En este artículo definiremos qué se entiende por sesgo y presentaremos los tipos más característicos que existen.
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¿Qué son los sesgos cognitivos?
El sesgo cognitivo es un término introducido por los psicólogos Daniel Kanheman y Amos Tversky que se define como una desviación del procesamiento normal de la información, que produce una distorsión en la realidad según nuestras creencias y maneras de pensar. Es una tendencia de respuesta mantenida de forma sistemática en las distintas situaciones. De este modo la persona fija su atención o procesa un tipo de información que confirma o es acorde con sus creencias, ignorando la información que contradice su manera de pensar.
Así pues los sesgos cognitivos nos permiten efectuar una decisión rápida en situaciones en las que no tenemos tiempo de reflexionar, cuando es importante hacer una elección para nuestra supervivencia. Aunque en ocasiones esta decisión precipitada puede tener consecuencias negativas, en muchas situaciones este pensamiento menos racional, alejándose de la normativa puede contribuir al bienestar psicológico y a la adaptación de los sujetos.
De esta forma, si diferenciamos el pensamiento humano en consciente e inconsciente, en el primer caso el procesamiento será más reflexivo e irracional influyendo en menor medida los sesgos, en cambio en el segundo caso el procesamiento es más intuitivo y automático afectando en mayor grado la utilización de sesgos. Pese a surgir en el ámbito de la psicología también se ha utilizado y ha cogido fuerza en otros contextos como la Medicina, la Política y la Economía.
¿Qué clases de sesgos cognitivos existen?
Existen distintos tipos de sesgos según cuál sea su utilidad y en qué circunstancias aparezcan.
1. Correlaciones ilusorias
Este tipo de sesgo se basa en centrarse en los casos confirmatorios e ignorar los que no son acordes con un hecho particular cuando se está buscando asociación o relación entre distintas variables. En el caso del ámbito social, se relacionaría con los estereotipos tendemos a vincular conductas infrecuentes con grupos minoritarios.
Por ejemplo en el caso de acontecer un robo si aparecen distintos sospechosos tendemos a concebir a la persona inmigrante, como podría ser un árabe con el causante del robo y no lo relacionamos con un individuo que concebimos más parecidos a nosotros, que forman parte de nuestro grupo social.
2. Sesgo de positividad
Este sesgo se refiere a que normalmente las personas tendemos a concebir al otro de manera positiva, es decir, es más común que evaluemos positivamente a alguien a que lo hagamos de forma negativa.
Aunque las evaluaciones y valoraciones negativas son más importantes y tienen más fuerza que las positivas, esto significa que aunque cueste más hacer una concepción de alguien según características negativas, una vez establecidas, será más difícil modificarlas que las concepciones positivas que pese a ser más fácil de realizar se modifican con más facilidad.
Este suceso anterior se podría explicar por el principio de figura-fondo que nos diría que como normalmente valoramos de manera positiva, cualquier elemento o acontecimiento negativo que suceda resaltará en contraposición a la tendiente concepción positiva.
3. Sesgo hacia el equilibrio
El sesgo hacia el equilibrio aparece en la teoría del equilibrio de Fritiz Heider que analiza las cogniciones sociales y las relaciones interpersonales. Este sesgo se basa en una tendencia a establecer equilibrio sobre el valor de las relaciones, por ejemplo si a mi alguien no me cae bien tampoco le caeré yo bien y no nos gustarán las mismas cosas, en cambio si nos caemos mutuamente bien también coincidiremos en los gustos.
4. Sesgos positivos vinculados al self, a uno mismo
Como vimos antes, la tendencia a la concepción positiva de los otros, es típica también la valoración positiva de uno mismo, esto quiere decir que utilización con mayor frecuencia adjetivos autodescriptivos positivos que negativos, este sesgo recibe el nombre de ilusiones positivas. Este se ha visto que aparece en casi todos los sujetos excepto en algunos con trastorno como sería el caso de los individuos con depresión.
Dentro de este sesgo encontramos distintos tipos, por ejemplo tendríamos la ilusión de control que consiste en la disposición a concebir mayor relación entre nuestra propia respuesta y un resultado cuando realmente no existe tal asociación, sobre todo aparece si se consiguen consecuencias positivas con el resultado. Otro tipo sería el optimismo no realista donde el sujeto piensa que no le acontecerá nada malo, este puede ser negativo para el individuo ya que puede confiarse pensando que él nunca tendrá un accidente y realizar conductas temerarias de conducción
Por último también tenemos el sesgo de la ilusión de un mundo justo, que se refiere a pensar que los malos recibirán consecuencias negativas, serán castigados y los buenos positivas. Este puede no ser acertado ya que en ocasiones para mantener la creencia de mundo justo podemos culpar a la víctima de un acontecimiento para poder seguir pensando que el mundo es justo.
5. Sesgos en la atribución causal
Este tipo de sesgo hará referencia en dónde o en quién cada individuo sitúa la causa de una conducta.
5.1. Sesgo de correspondencia
El sesgo de correspondencia, también llamado de error fundamental de atribución, consiste en la tendencia a dar más importancia a las características disposicionales que harían referencia a factores personales o internos del sujeto en contraposición a los factores situacionales o externos como causantes de una conducta. Por ejemplo si alguien nos responde mal será más habitual que pensamos que lo ha hecho porque es mal educado y no porque ha tenido un mal día.
Han aparecido distintas explicaciones para entender la utilización de este sesgo, una planteada por Fritz Heider es la influencia de la saliencia, que mostraremos tendencia a centrarnos en la persona más que en la situación, de este modo tendrá mayor peso cuando busquemos la causa. Otra explicación sería la mejor valoración de las atribuciones internas en contraste con las externas para realizar una atribución causal.
5.2. Sesgo actor-observador
El sesgo actor observador o diferencias hace referencia a la tendencia a hacer atribuciones situacionales de las propias conductas y atribuciones internas o personales de la conducta de los demás.
Con la finalidad de entender este sesgo se han dado distintas explicaciones. Una de ellas apunta que al tener más información de tus conductas pasadas será más probable de este modo que lo atribuyas a condiciones externas. Otras explicación haría referencia al diferente foco perceptivo, si cambiamos este cambiaría la atribución realizada. Por último en una investigación se observó que los sujetos que se miraban a un espejo aumentaban la concepción de la propia responsabilidad en una conducta, relacionándose con mayor grado de saliencia, importancia propia.
5.3. Sesgo del falso consenso
El sesgo del falso consenso se refiere a la mayor tendencia que presentan los sujetos a valorar sus propios comportamientos como más comunes y apropiados a las circunstancias que se dan, apareciendo también consistencia de esta consideración a la largo del tiempo y de las situaciones. Este sesgo aparecerá mayoritariamente cuando valoremos opiniones o actitudes propias.
5.4. Sesgo de la falsa peculiaridad
El sesgo de la falsa peculiaridad se muestra contrario al sesgo anterior del falso consenso, ya que se cree que los propios rasgos son únicos o peculiares. Este sesgo aparece con mayor frecuencia cuando nos referimos a cualidades o características positivas propias consideradas importantes.
5.5. Sesgo egocéntrico
En el sesgo egocéntrico o autofoco aparece un mayor concepción, sobreestimación, de contribución propia en una actividad que se realiza de manera compartida con otras personas. Del mismo modo también se producirá sesgo en el recuerdo ya que habrá tendencia a recordar mejor nuestra propia contribución que la de los demás.
5.6. Sesgos favorables al yo
Los sesgos favorables al yo también llamados autosirvientes o de autosuficiencia se dan cuando el sujeto muestra predisposición a atribuir los éxitos a factores internos propios y los fracasos a factores situacionales. Este sesgo se ha visto que aparece en mayor medida en los hombres.
5.7. Sesgos favorables al grupo o error último de atribución
Del mismo modo que sucede con los sesgos favorables al yo en los sesgos favorables al grupo pasa lo mismo pero a nivel grupal. Así pues los sujetos tienden a considerar que los éxitos se deben a factores internos, a responsabilidad del propio grupo, del endogrupo, en cambio los fracasos los atribuyen a variables externas al grupo.
En el caso de los exogrupos, a los que el sujeto que realiza la atribución no pertenece, será más habitual que se conciban los éxitos como consecuencia de factores externos y los fracasos a causas internas de ese grupo.
