Las 7 preocupaciones más comunes de los adolescentes

Los adolescentes deben enfrentarse a una serie de dificultades que son propias de su edad y que no siempre los adultos entienden. Te explicamos a continuación las principales preocupaciones que más les agobian.

Las preocupaciones más comunes de los adolescentes

Muchos padres y madres no saben cómo ayudar a sus hijos cuando estos están atravesando la adolescencia. Esta es una etapa que generalmente no es fácil, y es que la transición entre la niñez y la vida adulta no siempre es un camino de rosas.

Es una edad difícil en la que los cambios pueden afectar a cada adolescente de diferente manera. En este artículo vamos a recoger las 7 preocupaciones más comunes que azotan la mente del adolescente, siendo una información útil para quiene convivan con ellos.

Preocupaciones que aparecen en la adolescencia

Que los adolescentes no tengan problemas de adulto no significa que no tengan sus problemas y que no sean importantes. El adolescente debe que enfrentarse a unas dificultades que son propias de esta fase de la vida. Las situaciones difíciles llevan a cometer errores pero también aprendizaje.

Los adolescentes tienen muchas preocupaciones relacionadas con la aceptación social, la seguridad personal o la identidad. Muchas veces desde el punto de vista de un adulto parecen difíciles de comprender, pero lo cierto es que pueden afectar muchísimo a la persona.

A continuación vamos a ver cuáles son las preocupaciones más comunes de que quienes pasan por la adolescencia. Veremos que para la mayoría la atención de los padres aún es clave.

1. Tener más libertad

Los adolescentes están en una fase de la vida que reclaman más libertad de la que tenían como niños. Esto no siempre es fácil, pues los padres tienen que continuar ejerciendo un rol autoritario pero sin coartar demasiado la libertad de sus hijos. Estos pueden llegar a criticar las prohibiciones, pudiéndose quejar en menor o mayor grado.

Como padre o madre es necesario analizar si la actitud del adolescente es justa o no y si es momento para ceder y dar más libertad. Pero a veces la prohibición es necesaria y los padres no tienen más remedio que ser firmes. Ellos pueden reaccionar mal, pero por lo general es necesario tener un poco de paciencia para su bienestar y darles una buena educación.

2. No ser popular en el instituto

Hay diferentes personalidades y algunos adolescentes introvertidos tienen problemas para integrarse con otros compañeros. No son situaciones fáciles a pesar de lo que pueda parecer para una persona más extrovertida o incluso para un adulto.

Una posibilidad muy interesante para aumentar las posibilidades de hacer amigos es que el adolescente se apunte a realizar actividades colectivas que le motiven. Puede ser un deporte, música, excursionismo, etc.

Cuando un chico o una chica está haciendo una actividad que le gusta con otras personas que también les gusta es más sencillo conectar, ya que se buscan objetivos comunes.

3. No sentirse a gusto con el cuerpo que se tiene

La adolescencia es una etapa de transición y eso incluye el cuerpo. En el transcurso de unos poco años en el cuerpo aparecen pelos, acné y otras novedades.

Puede que la expectativa de la persona sobre su cuerpo acabe siendo diferente a lo que percibe cuando se ve al espejo. Nuevas formas, más o menos tamaño de pecho en el caso de ellas, más o menos vello, ...

La persona debería recibir una buena educación por parte de los padres y de la sociedad, pues lo que importa son las cualidades que se tiene como persona. En la vida no deberíamos estar perdiendo el tiempo y la energía de unos y otros juzgando ni ser juzgados por este tipo de cosas.

Cierta insatisfacción es algo normal, y lo importante es que haya aceptación de uno mismo. Cuando es así el asunto queda en tan segundo plano que llevas tu vida adelante olvidándote de lo que en su día pudieron ser pequeños dramas.

4. Miedo a no tener éxito con el sexo contrario

Les pasa incluso los adolescentes que parecen más seguros. Tener la sensación de no acabar de saber cómo proceder estando delante de alguien del sexo contrario que nos atrae es algo muy común.

En la mayoría de casos, aunque no siempre, durante la infancia los niños acostumbran a jugar con los niños y las niñas con las niñas. En la adolescencia los chicos y las chicas están más interesados en buscarse más, pero no todos saben cómo hacerlo.

5. No tener mucho dinero

Los adolescentes no disponen generalmente de muchos recursos económicos. Lo más habitual es que los padres administren la paga semanal, y el dinero que tienen para comprar o hacer lo que quieren es limitado.

Esto no tiene que ser vivido como algo negativo. Algunos jóvenes sienten hasta vergüenza para no poder comprar la ropa que les gustaría llevar, pues ven que otros jóvenes sí la llevan y sienten que es un modo de ser más aceptados.

Pero los padres no pueden ceder demasiado en esto, solo en la justa medida. Lo mejor que les pueden hacer es saber transmitirles es la enseñanza de lo que cuestan las cosas. Y en cualquier caso, que se tiene que luchar para conseguir lo que se desea y sentar las bases para ello.

6. Poco reconocimiento académico

Hay muchos adolescentes que se sienten menos respetados por sacar peores notas académicas. Esto puede tener impacto en su vida social y en la forma en la que cree que va a ser percibido por los demás.

Una vez se termina la enseñanza obligatoria, los caminos que se pueden tomar son varios: ir a trabajar, estudiar una formación profesional, ir a la universidad, etc. Entre estos últimos a veces también hay pensamientos de que es mejor estudiar carreras que piden una alta nota de corte, como medicina, que otras con menos requerimiento como lingüística.

Lo mejor es continuar la preparación para lo que se quiera hacer sin perder el foco. Pensar en lo que uno no es o lo que se podría haber hecho solo está inhibiendo a la persona y aumentando su ansiedad.

7. Sentirse fracasado

Este es un sentimiento que puede ser fruto de los puntos anteriores. Cuando un adolescente siente que las cosas que le preocupan a él o a los demás no le están funcionando puede tener la sensación de fracaso.

Las decepciones pueden vivirse con mucha intensidad pero se debe saber relativizar las cosas. El adolescente tiene que entender que al cabo de unos años la mayoría de estas preocupaciones parecerán importar muchísimo menos, y de hecho habremos aprendido de ellas para aprender a tomarnos las cosas mejor en el futuro.

Referencias bibliográficas

  • Blos, P. (1980). Psicoanálisis de la adolescencia. Ed. Joaquín Mortiz. México.

  • Kancyper, L. (2007). Adolescencia: el fin de la ingenuidad. Edit. Lumen Tercer Milenio.

  • Rother Hornstein, M. (Comp.) (2006). Adolescencias: trayectorias turbulentas. Edit. Paidós.

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