Las 12 habilidades socioemocionales más importantes (y cómo trabajarlas)

Las habilidades socioemocionales son las herramientas clave que nos permiten llevar una vida satisfactoria. Al ponerlas en práctica, estas nos ayudan a crear una relación saludable con nosotros mismos y con los demás.

Habilidades socioemocionales

Las habilidades socioemocionales podrían definirse como un conjunto de destrezas que nos permiten tener una adecuada relación con nosotros mismos, favoreciendo el autoconocimiento y la autoaceptación. Esto, a su vez, contribuye a que podamos relacionarnos con nuestro entorno de una forma saludable. En definitiva, las habilidades emocionales son herramientas cruciales para afrontar la vida en sí misma.

Este tipo de habilidades nos permiten, entre otras cosas, empatizar con los otros, establecer relaciones sociales saludables, comportarnos de forma asertiva, responsabilizarnos y comprometernos con nuestras metas, etc. Hasta finales del pasado siglo, la inteligencia estaba asociada exclusivamente con las aptitudes académicas. Sin embargo, la investigación al respecto comenzó a ver que una buena capacidad intelectual no siempre era garantía de éxito académico, profesional y personal. Es entonces cuando apareció un nuevo elemento en la ecuación: las capacidades emocionales y sociales.

¿Qué son las habilidades socioemocionales?

Si bien unas adecuadas capacidades intelectuales son un buen primer paso hacia el éxito, estas deben ir acompañadas de habilidades emocionales. Estas últimas favorecen el proceso de aprendizaje y fomentan capacidades como el pensamiento crítico, la perseverancia en el trabajo hacia metas a largo plazo o las habilidades para resolver problemas. En términos generales, las habilidades socioemocionales se observan en individuos con las siguientes características:

  • Son capaces de enfocarse en sus objetivos a la vez que muestran una gestión adecuada de sus estados emocionales.
  • Muestran un mejor desempeño académico y profesional que quienes no son hábiles emocionalmente.
  • Toman mejores decisiones
  • Exhiben menos conductas de riesgo (violencia, adicciones…)
  • Vida social más satisfactoria y enriquecedora
  • Menores niveles de estrés
  • Mayores niveles de bienestar general

Cabe señalar que estas habilidades deben entrenarse desde la niñez, ya que la infancia y la adolescencia son las etapas clave para adquirirlas. Sin embargo, esto no significa que no puedan ser trabajadas y entrenadas en otras fases del ciclo vital. Los cambios en las habilidades emocionales siempre son posibles, especialmente cuando existe una motivación real para mejorar la manera de relacionarse con uno mismo y con los otros.

Debido a la importancia que estas habilidades tienen en el bienestar de las personas, en este artículo vamos a recopilar aquellas más importantes e indicaremos en qué consiste cada una de ellas.

¿Cuáles son las principales habilidades socioemocionales?

Como decíamos, siempre estamos a tiempo de adquirir nuevas habilidades emocionales que nos permitan mejorar y alcanzar el éxito en diferentes ámbitos de nuestra vida. Vamos a repasar las más importantes y ver qué función cumple cada una de ellas.

1. Empatía

Cuando un individuo empatiza con otro significa que es capaz de entender la perspectiva de otra persona, comprendiendo las emociones que experimenta y como se puede llegar a sentir. Las personas empáticas saben entender a los demás desde su punto de vista y no desde el propio, y por ello pueden regular su conducta de tal forma que el otro se sienta comprendido y acogido.

Empatía habilidad

2. Autocontrol

El autocontrol es una habilidad básica para la vida en sociedad. Los individuos con buen autocontrol son capaces de gestionar sus emociones adecuadamente. Así, dejan que sus emociones surjan de manera natural pero no permiten que estas determinen irremediablemente su comportamiento. Es decir, estas personas emiten sus conductas de manera racional y no acorde a sus impulsos pasajeros.

3. Asertividad

Las personas asertivas son capaces de establecer límites, transmitir sus sentimientos y defender sus derechos. Esto les permite encontrar el término medio entre una actitud sumisa en la que los derechos propios son menoscabados y una actitud autoritaria en la que se desprecian los derechos ajenos. Esta capacidad permite actuar de forma equilibrada de manera que exista respeto y comunicación recíprocos con otras personas.

4. Habilidades de resolución de problemas

Esta habilidad es especialmente útil en la vida cotidiana, aunque no siempre es sencillo gestionar situaciones de conflicto. Las personas con buenas habilidades resolutivas pueden afrontar los reveses y desafíos que se les presentan desde la templanza y la actitud analítica. De esta manera, pueden valorar una situación determinada encontrando el balance perfecto entre razón y emoción, eligiendo así la solución más ajustada a cada caso.

5. Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptación a situaciones adversas manteniendo el equilibrio emocional y obteniendo resultados positivos. Es algo así como la habilidad para levantarse de nuevo tras haber caído. Esto no significa que las personas resilientes no sufran cuando viven experiencias traumáticas o fracasos, sino que tras el dolor pueden recomponerse para salir fortalecidas.

Las investigaciones sobre esta capacidad indican que esta será mayor o menor en cada individuo dependiendo de factores tanto individuales como ambientales. Entre los aspectos individuales que favorecen la resiliencia destacan la empatía, la perseverancia, la autoestima o las capacidades cognitivas. Entre los factores ambientales podemos encontrar los vínculos familiares positivos, sentirse querido y cuidado, estabilidad familiar, buen acceso a medios culturales, ausencia de violencia en la zona de residencia, etc.

Resiliencia

6. Liderazgo

El liderazgo tiene que ver con la capacidad de influir sobre el pensamiento y la conducta de otras personas. Existen varios tipos de liderazgo, aunque no todos son positivos. Cuando la habilidad para ser líder se emplea de forma correcta, la persona aplica otras de las cualidades ya comentadas (empatía, autocontrol, asertividad…) para que el grupo que dirige trabaje en dirección a una meta común al mismo tiempo que se garantiza el bienestar de todos los miembros.

7. Perseverancia

Las personas perseverantes son capaces de mantenerse constantes en sus esfuerzos dirigidos hacia una meta determinada. La perseverancia es la capacidad que nos permite mantenernos firmes a pesar de los obstáculos que podamos encontrar a lo largo del camino. Cuando alguien cuenta con esta habilidad es capaz de trabajar en favor de objetivos a largo plazo, sin dejarse llevar por incentivos cortoplacistas o temporales.

8. Colaboración

La colaboración tiene que ver con la habilidad para trabajar de forma conjunta con otras personas para lograr un objetivo común. No es de extrañar que esta habilidad se encuentre en esta lista, ya que sin duda somos seres sociales y juntos logramos cosas más grandes que por separado. Sin embargo, no todas las personas cuentan con la capacidad de cooperar con los demás.

Por ejemplo, hay quienes no son capaces de respetar otras opiniones o no saben delegar cuando les corresponde. Trabajar en equipo de manera adecuada requiere cumplir con las habilidades que hemos comentado anteriormente: asertividad, empatía, habilidades de resolución de problemas, entre otras.

9. Pensamiento crítico

El pensamiento crítico es la habilidad que permite a los individuos analizar la realidad, detectar cuestiones a mejorar y ofrecer alternativas para conseguirlo. Las personas con esta capacidad son capaces de detectar posibles puntos a trabajar y realizar críticas de forma constructiva. Es decir, saben transmitir aquello que se debe cambiar y cómo hacerlo no para herir o dañar a los demás sino para lograr un cambio positivo.

10. Toma de decisiones

Nadie dijo que tomar decisiones fuese una tarea sencilla. Sin embargo, la toma de decisiones es una competencia primordial para la vida, ya que continuamente tenemos que elegir entre distintas alternativas. Las personas hábiles a la hora de tomar decisiones nunca actúan por impulso, sino que se detienen a evaluar la situación con el fin de valorar los pros y contras de cada opción y las posibles consecuencias de cada posible actuación. Además, son capaces de dar este paso asumiendo la responsabilidad de sus actos con todas las consecuencias.

Toma decisiones

11. Habilidades sociales

Como ya mencionamos anteriormente, los humanos somos individuos sociales. Por tanto, necesitamos establecer relaciones saludables y reforzantes con los demás para sentirnos plenos emocionalmente. Relacionarnos con los otros de forma inteligente no siempre resulta fácil. Las personas con este tipo de habilidad saben desenvolverse tanto a nivel verbal como no verbal a la hora de comunicarse con los otros.

Saben mantenerse firmes ante las presiones sociales y, de igual forma, saben negociar en situaciones de conflicto con el fin de lograr una solución que beneficie a todas las partes. También son capaces de pedir ayuda a los demás cuando la necesitan, algo que a muchos individuos les genera dificultad.

12. Iniciativa

Las personas con iniciativa se caracterizan por ser proactivas en todas las actividades en las que se involucran. Son personas que buscan iniciar proyectos y vivir experiencias, ya que sus ganas de crecer y aprender superan con creces los posibles miedos que puedan surgir. La iniciativa se relaciona muchas veces con la creatividad, ya que las personas con ideas innovadoras son más tendentes a iniciar actividades nuevas y movilizar los recursos para materializar sus planes.

Conclusiones

En este artículo hemos revisado las principales habilidades socioemocionales más importantes. Si bien las capacidades intelectuales son importantes para desenvolvernos en la vida, estas no son nada si no van acompañadas de un buen bagaje de herramientas relacionadas con la inteligencia emocional. La clave del éxito no es una ecuación exacta, aunque está claro que todos aquellos que triunfan saben cómo desenvolverse en el plano socioemocional.

Conocen y regulan sus estados emocionales, saben cómo relacionarse con los demás de forma saludable, trabajan y cooperan en equipo, saben liderar de forma ajustada, son perseverantes y no se rinden nunca, ya que los obstáculos y los fracasos son percibidos como una fuente de aprendizaje y no como una limitación en el camino. Está claro que, con independencia de la disciplina de la que estemos hablando, las emociones son la base del funcionamiento humano y la inteligencia es sólo una cuestión cognitiva, sino también social.

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