¿Por qué estoy tan cansada? 9 causas que puede haber detrás

Las causas pueden ser diversas. ¡Descubre qué hay detrás de tu agotamiento para poder ponerle remedio!

Hay muchos factores que pueden esconderse tras nuestro cansancio.

Si últimamente, a la mínima que haces un pequeño esfuerzo (cotidiano, de los que deberían resultarle más llevaderos), te hace la misma pregunta: ¿Por qué estoy tan cansada? No te vendría nada mal echarle un vistazo a nuestro artículo.

Te descubrimos las 9 posibles causas que pueden estar detrás de esa sensación continua de agotamiento.

¿Por qué estoy tan cansada?

No olvides que detrás de ese cansancio puede haber causas que no estén aparentemente relacionadas con él, aunque sí de fondo:

1. Alteración de los ciclos de sueño

Cuando pensamos en esta idea para cada cual puede tener una razón: puede ser por acostarse demasiado tarde a pesar de madrugar mucho, con lo cual se reduce el número de horas que dedicamos a dormir. También puede deberse a tener el sueño discontinuo, con lo que no llegan a completarse los ciclos de sueño que favorecen el descanso.

En cualquier caso grabemos una idea: todos necesitamos dormir un promedio de 7 horas al día seguidas, pues es durante el sueño (y especialmente en la fase REM) cuando nuestro cuerpo se regenera y reequilibra. Si no dedicamos el tiempo suficiente a dormir durante la noche, interferiremos en los procesos naturales que mantienen nuestra salud, y el cansancio será solo uno de los muchos problemas que nos acarreará este hecho.

2. Hidratación insuficiente

Si te haces de forma habitual la pregunta "¿Por qué estoy tan cansada?" quizás estés ignorando un detalle, y es la cantidad de agua que consumes diariamente. ¿Crees que es suficiente?

En general, las personas necesitamos beber un mínimo de 1,5 o 2 litros de agua al día. Durante los meses de verano quizás prestamos más atención a la sensación de sed por las elevadas temperaturas a las que nos exponemos, pero no debemos esperar a percibirla: Lo ideal es cultivar el hábito de hidratarse de forma frecuente, en pequeñas cantidades pero a menudo.

Piensa que todo tu organismo y las células que hay en él tienen un alto porcentaje de agua en su composición, razón por la cual necesitamos ir facilitándole un aporte constante para suplir sus pérdidas y no dejar que nuestra salud se resienta.

3. Falta de ejercicio

No es un tópico: el ejercicio es un activador de energía para las personas. Cuando tu cuerpo abandona el reposo y se pone en marcha, moviliza los depósitos energéticos con los que cuenta y los utiliza. Por eso es habitual percibir como personas más activas y despiertas a las que practican deporte de forma regular.

Si quieres incluir esta rutina en tu día a día y te abruma pasar de no hacer nada de ejercicio a practicarlo con alto impacto, quítate la idea y la pereza de la mente. El mejor ejercicio que puedes hacer (por suave que sea) es aquel que no dejarás de practicar al cabo de un tiempo.

No todo el cansancio viene de trabajar demasiado.
No todo el cansancio viene de trabajar demasiado. Fuente: Unsplash

4. Niveles bajos de hierro en sangre

Cuando los niveles de este mineral son deficitarios en nuestro organismo, suele ser muy notable la sensación de fatiga constante, ya que influye en la capacidad de transportar el oxígeno a los diferentes órganos del cuerpo.

Este problema suele darse habitualmente en personas que siguen una dieta vegana mal complementada. Si es tu caso, para salir de dudas un análisis de sangre puede esclarecer tus sospechas.

Por otro lado, las mujeres debemos prestar especial atención a un factor más: la regla. Si tus menstruaciones son demasiado abundantes, plantéate consultarlo con tu ginecólogo para valorar si este hecho puede estar relacionado con algún desequilibrio hormonal que provoque este efecto y pueda corregirse.

5. Demasiadas horas sin comer

¿Pasa mucho tiempo desde tu desayuno hasta el almuerzo sin tomar ninguna cosa? O lo que es peor, ¿te saltas directamente el desayuno para aguantar sin comer nada hasta mediodía?

Si es así, te estás haciendo un flaco favor, ya que estás sometiendo a un estrés innecesario a tu organismo al privarle de los nutrientes que necesita durante tantas horas y te lo está diciendo en forma de agotamiento.

Si crees que esta razón puede tener que ver con tu pregunta de por qué estoy tan cansada, hazte un favor y tómate en serio los horarios de tus comidas.

6. No desconectar de las preocupaciones

¿Eres de las que pasa todo el día con el trabajo en mente o dándole vueltas recurrentemente a las cosas? A veces resulta inevitable pasar épocas donde aparcar los problemas es misión imposible; puede que te preocupe algo que no termina de resolverse de forma satisfactoria o que las exigencias del trabajo te mantengan en vilo constantemente.

Es normal, pero has de buscar alguna forma de sobrellevarlo.

Practicar alguna actividad que te guste de forma regular (algún hobby) es una forma estupenda de apartar tu atención de aquello que te absorbe y depositarla en algo que te haga sentir mejor. El mindfulness también es una buena técnica para trabajar este aspecto. Y por supuesto, prohibido irte a la cama pensando en lo que te preocupa; leer un libro ayuda mucho.

7. Alimentación deficiente

No solamente las personas que tienen una alimentación vegana deben prestar atención a su forma de comer (tal y como hemos comentado anteriormente), sino que a todos nos conviene echar un vistazo a nuestros hábitos alimenticios cuando las energías nos fallan.

¿Qué podemos detectar? Que quizás no consumimos las calorías suficientes para nuestro nivel de actividad, que no es lo suficientemente variada la diversidad de alimentos que tomamos como para garantizarnos la ingesta de las suficientes vitaminas y minerales, o que están descompensadas las cantidades de nutrientes básicos que necesitamos para funcionar bien.

Si sentimos que no tenemos criterio suficiente como para evaluar este factor de forma completa, podemos recurrir a un nutricionista para valorar si nuestra forma de alimentarnos es correcta.

El cansancio afecta nuestro día a día.
El cansancio afecta nuestro día a día. Fuente: Unsplash

8. Trastornos digestivos

¿Has notado cambios en tu forma de digerir? ¿Sientes molestias en el vientre después de las comidas? Si esto viene de la mano del cansancio que estás notando últimamente, quizás el origen de éste sea por un trastorno de tipo digestivo que te impide asimilar los nutrientes que ingieres y los elimina sin aprovechar sus beneficios.

Puede ser que tras un tratamiento con antibióticos hayan aparecido estas molestias porque tu flora bacteriana se haya resentido, aunque es muy frecuente que suceda también debido a un estrés excesivo y mal gestionado.

Los probióticos son una gran ayuda para restablecer el buen funcionamiento intestinal; si el origen real de tu cansancio es la absorción ineficiente de nutrientes, probablemente al resolver este problema comience tu mejoría también a nivel de energía.

9. Posible depresión encubierta

Y para terminar, si hace tiempo que te preguntas por qué estás tan cansada y ninguna de las opciones anteriores terminara de encajarte como posible respuesta, hazte una pregunta más: ¿Cómo está tu estado de ánimo?

Por si no lo sabías, uno de los síntomas habituales de la depresión es el agotamiento físico. Si sospechas que pudiera haber algo emocional de fondo, no lo dejes y consulta con un especialista.

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