Los 17 tipos de cremas solares (usos y beneficios)

Los protectores solares son esenciales para proteger a nuestra piel de las radiaciones solares que tanto daño nos pueden hacer. Pero es importante elegir cuál es la que mejor se adapta a nuestras necesidades.

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Igual de importante es tomar el sol para obtener vitamina D como proteger nuestra piel para evitar que los rayos solares la dañen y pueda derivar en graves afectaciones. Cuando escogemos el protector solar es esencial que tengamos en cuenta distintas variables para lograr que se adapte al tipo de piel y consigamos la función y efecto deseado.

Así tendremos en cuenta el tipo de filtro, los ingredientes del protector, la textura y el formato, la zona del cuerpo que queremos proteger y el nivel de factor protector que necesitemos. Debemos asegurarnos que la crema nos protege tanto de los rayos UVA como de los rayos UVB, ya que ambos son factores de riesgo para posibles afectaciones si no nos protegemos ante ellos y no evitamos su penetración en la piel.

En este artículo, hablaremos de la utilidad y la necesidad de aplicarnos protector solar, así como los distintos tipos que existen y cuál es el más adecuado según las características de cada sujeto.

Utilidad del protector solar

Como ya sabemos, es necesario que nos dé el sol, ya que es una de las fuentes que nos permite obtener vitamina D, necesaria para que el cuerpo absorba el calcio, mineral imprescindible para nuestros huesos. Pero tomar el sol en exceso o hacerlo sin protección no es bueno, dado que puede perjudicar gravemente nuestra piel, se pueden generar quemaduras, nos pueden salir manchas, la piel envejece más rápidamente e incluso puede derivar en cáncer de piel.

Los rayos de sol que inciden sobre nosotros los podemos dividir en UVA y UVB. En el caso de los primeros, los UVA, su energía es menor pero consiguen mayor penetración en la piel, llegando a capas más internas. Los efectos que puede producir son: enrojecimiento de la piel, manchas, alergias solares o cáncer de piel.

Por su parte los rayos UV son más energéticos pero consiguen penetrar menos. Es el tipo de rayo que nos permite broncearnos, aunque también puede producir quemaduras si no nos protegemos. Del mismo modo, los rayos UVA también pueden derivar en cáncer de piel.

De este modo, será fundamental que comprobemos que la crema nos protege de los dos tipos de rayos solares. ¿Cómo conocer la capacidad de protección que tiene cada crema? Pues bien, la encontramos indicada en el número que acompaña el SPF, que es el factor de protección solar. Este factor nos indica cuánto tiempo de más podrá cada persona exponerse al sol sin que su piel se dañe.

Por ejemplo, si tu piel tarda una media de 10 minutos en empezar a afectarle el sol y notar que empieza a quemarse, con una crema de SPF 30 podrás aguantar hasta 300 minutos de forma segura. Vemos como el número no nos indica intensidad de protección sino el tiempo que nos protege.

Así pues, si nuestra piel es más blanca, sensible o en el caso de niños, utilizaremos una crema solar de factor protector alto. Actualmente el SPF más alto es de 50+ que equivale aproximadamente a 60. Niveles más elevados de factor de protección presentan una eficacia similar y tampoco consiguen protegernos totalmente, incluso el factor 100 no logra una protección completa. Es fundamental que nos pongamos crema siempre, incluso en días nublados, y a poder ser evitar ponernos al sol entre las 12h y las 16h, cuando los rayos solares son más intensos.

¿Qué clases de protectores solares existen?

Ahora que ya conocemos las principales características y funciones de los protectores solares veamos los distintos tipos que existen, teniendo en cuenta distintas variables. Será importante escoger la que mejor se adapte a nuestro tipo de piel. Así podemos clasificar las distintas cremas según el tipo de filtro, según la textura, según la zona que queramos proteger o según los SPF.

1. Filtros

Podemos clasificar los protectores solares según la acción que realicen antes los rayos solares.

1.1. Filtros químicos

Los filtradores químicos actúan modificando la radiación solar que nos llega en otra menos peligrosa como puede ser la radiación térmica. Vemos como en este caso los rayos UVA y UVB sí que penetran en la piel. Es el tipo de protección más común, la fórmula más utilizada por las marcas más conocidas de cremas solares, ya que permite una rápida y fácil absorción y su textura fluida evita que la piel se quede blanca, siendo así más cómoda de aplicar.

1.2. Filtros físicos

Los filtros físicos están compuestos por ingredientes minerales, como el dióxido de titanio y actúan como una pantalla bloqueadora de los dos tipos de rayos solares no dejando que ninguno penetre en la piel. De esta forma vemos que tiene mayores beneficios que los filtros químicos, puesto que evita que los rayos penetren y los ingredientes al ser minerales son más naturales, siendo por tanto más seguro y saludable.

Dada su mayor protección, este tipo de crema será la más recomendada sobre todo para niños, para personas con alergia al sol, sujetos que no puedan utilizar químicos, con la piel sensible o con cicatrices.

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1. 3. Filtros Biológicos

Los filtros biológicos no actúan de manera independiente, sino que se presentan junto a uno de los anteriores filtros, físico o químico, para mayor protección. Están formados por sustancias antioxidantes que permiten un mejor funcionamiento de nuestro sistema inmunológico ante los rayos solares y reduce la oxidación que generan las radiaciones ultravioleta en nuestro cuerpo.

2. Según la textura

Otro modo de clasificar las distintas cremas solares es según su textura y formato de venta. Cada textura se vincula con características diferentes, siendo más adecuada una u otra según la finalidad que busquemos.

2.1. Aceite protector

El aceite protector se recomienda sobre todo para el cuerpo. Su textura grasa genera una capa protectora encima de la piel, proporcionándole también mayor nutrición. Existen distintos niveles de protección.

2.2. Protector en crema

El formato crema también es nutritivo, recomendado para pieles secas, y de fácil aplicación.

2.3. Protector en emulsión

El protector en emulsión es menos denso y graso que la crema, con una textura más ligera y adecuado especialmente para pieles mixtas, entre grasa y seca.

2.4. Protector en gel

El protector en gel es menos graso, siendo así recomendado para sujetos con problemas con el acné. Su textura ligera permite aplicarlo y extenderlo con facilidad, consiguiendo también una rápida absorción.

2.5. Protector en spray

Los protectores en spray se aplican con gran facilidad en forma de bruma. Este tipo de mecanismo permite conseguir una textura más ligera y una aplicación más rápida.

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2.6 Protector en stick

El protector en stick es de textura densa y sólida, aplicándose directamente sobre la piel. Suele tener un alto factor de protección solar.

2.7. Leche protectora

La leche protectora presenta una textura ligera y se recomienda su uso sólo como protector corporal.

3. Según la zona del cuerpo que queramos proteger

Todo nuestro cuerpo puede dañarse si no aplicamos bien el protector por las distintas zonas. Según que zona queramos proteger podemos utilizar distintos tipos de protección solar con propiedades diferentes.

3.1. Protector solar para la cara

Los componentes utilizados para los protectores solares son distintos a los utilizados para el resto del cuerpo. La piel de nuestra cara es especialmente sensible, por este motivo los protectores utilizados suelen ser hipoalergénicos y menos dañinos para nuestros ojos o mucosa, si estos entran en contacto. Asimismo, es habitual que lleven ingredientes antiedad e hidratantes para conseguir una mejor acción y mayores beneficios.

3.2. Protector solar para el cuerpo

La piel corporal tiene características distintas a las de la cara, mostrándose normalmente más seca, pudiendo utilizar de este modo protectores más grasos. Del mismo modo, es habitual observar que los protectores corporales contienen componentes que regeneran y refrescan la piel.

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3.3. Protector solar para el pelo

Una parte del cuerpo que normalmente no pensamos en proteger es el pelo, pero igual que sucede con la piel, este también puede dañarse, aunque su afectación no sea perjudicial para la salud. Podemos utilizar protectores capilares con efecto antioxidante, que evita la destrucción de proteínas y la pérdida de agua, permitiendo así un mejor aspecto de nuestro pelo.

4. Según el factor protector

Como hemos visto existen distintos niveles de factor protector, necesitando una protección más intensa cuando más blancos de piel o más sensibles seamos.

4.1. Factor de protección solar 15

El factor protector 15 permite aumentar 15 veces el tiempo que logramos estar al sol sin quemarnos o recibir daño. Este es uno de los niveles más bajos, por esta razón se recomienda utilizarlo sólo cuando nuestra pigmentación corporal ya es oscura o cuando ya hemos logrado ponernos morenos.

4.2. Factor de protección solar 20-30

Los factores de protección solar con niveles próximos a 20 o 30 se considera que proporcionan una protección media. Son una buena elección cuando ya hemos cogido algo de color, ya nos hemos bronceado un poco.

4.3. Factor de protección solar 50

El SPF 50 se recomienda sobre todo para pieles blancas que muestran tendencia a quemarse con facilidad y presentan dificultad para lograr broncearse.

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4.4. Factor de protección solar 50+

Se utiliza sobre todo en niños y sujetos que se queman casi siempre, no pueden estar más de 10 minutos al sol sin quemarse.

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