El valor de la responsabilidad: ¿cómo transmitir esta cualidad?

Una de las cualidades que todos debemos aprender. Aquí tienes nuestra guía práctica para enseñar a ser responsables a tus hijos/as.

Valor responsabilidad

¿Sabes qué es el valor de la responsabilidad? ¿Por qué es tan importante transmitir esta cualidad ya desde que los/as niños/as son pequeños/as, y cómo se puede hacer?

En este artículo, además de hablar de qué es la responsabilidad, te explicamos cuál es la estrategia clave para potenciar este valor en los niños, que podrás aplicar como madre o padre, como profesor o profesora, y también como terapeuta. Además, te proponemos ideas de tareas que potencian la responsabilidad según el rango de edad del/la niño/a.

¿Qué es el valor de responsabilidad?

Antes de hablar sobre cómo transmitir el valor de la responsabilidad a nuestros hijos, vamos a explicar en qué consiste exactamente la responsabilidad.

La responsabilidad es un valor y una enseñanza que podemos transmitir a los más pequeños desde que tienen uso de razón. Este valor implica ser consciente de las cosas que hacemos, así como de sus consecuencias, y afrontarlas sin eludir los problemas derivados de nuestras acciones.

La responsabilidad también alude a la capacidad para hacerse cargo de ciertas cosas, de cuidarlas y de mantenerlas, a través de una serie de acciones y de la toma de diferentes decisiones.

Por otro lado, la responsabilidad también implica cumplir una serie de obligaciones del día a día. Lógicamente, las responsabilidades (y obligaciones) varían a lo largo de la vida, y no son las mismas las que se tienen con 5 años, que con 10, con 25, con 40, con 65…

Como las responsabilidades son cada vez mayores (y exigen mayores obligaciones y compromisos) a medida que crecemos, es importante inculcar el valor de la responsabilidad a los/as niños/as ya desde que son pequeños/as, para que tomen conciencia de él, lo interioricen y lo pongan en práctica.

El valor de la responsabilidad: ¿cómo transmitir esta cualidad?

Hemos hablado del valor de la responsabilidad, pero, ¿cómo transmitir este valor y esta cualidad? En este artículo nos centraremos en abordar esta cuestión en relación a los/as más pequeños/as, pero también en relación a los no tan pequeños (concretamente, en niños y adolescentes de los 2 a los 18 años).

Aunque con frecuencia nos referiremos a los hijos, también se puede poner en práctica para los alumnos o pacientes si eres profesor/a, terapeuta, etc.

1. Dale responsabilidades a tu hijo/a (o a tu alumno/a…)

La herramienta clave para transmitir el valor de la responsabilidad es empezar a ponerla en práctica con los más pequeños. Así que para empezar, le daremos ciertas responsabilidades u obligaciones a nuestro/a hijo/a.

Estas pueden empezar siendo asumibles (fáciles) para poco a poco exigir más nivel de compromiso a través de ellas, y pueden abarcar diferentes áreas y aspectos de su vida: higiene, escuela, comidas, limpieza, hogar, etc.

Lógicamente, a la hora de darle alguna responsabilidad a nuestro/a hijo/a y que esta sea efectiva para potenciar este valor en él/ella, deberemos adaptarnos a su edad y nivel evolutivo.

Aquí os dejamos algunos ejemplos de tareas que impliquen alguna responsabilidad, según el rango de edad del/la niño/a, extraídas del libro “Diario de una mamá pediatra” (Penguin Random House Grupo Editorial, 2014) y elaboradas por la pediatra Amalia Arce (Hospital de Niños de Barcelona). Dichas tareas ayudarán a potenciar el valor de la responsabilidad.

1.1. Entre los 2 y los 3 años

Algunas de las tareas que puedes exigirle a tu hijo/a a estas edades, a fin de aumentar su valor de la responsabilidad, son:

  • Tirar papeles y envases a los cubos de reciclaje
  • Dar pinzas para tender la ropa
  • Recoger los juguetes
  • Colocar los libros en las estanterías
  • Llevar el plato al fregadero después de las comidas

1.2. Entre los 4 y los 6 años

Algunas de las tareas que puedes proponerle al/la niño/a en este rango de edad son:

  • Ordenar los juguetes y la mochila
  • Dejar el abrigo en su sitio
  • Meter en el cajón una parte de su ropa doblada
  • Poner la ropa sucia en el cubo de la ropa para lavar
  • Ordenar el baño después de bañarse
  • Ayudar a acabar de hacer la cama
  • Servirse una parte del desayuno
  • Llevar el plato al fregadero después de comer
  • Ayudar en la cocina de forma ocasional (por ejemplo batiendo los huevos)

1.3. Entre los 7 y los 12 años

Ya un poco más mayores, las tareas que se les puede exigir a los/as niños/as, y que aumenten su valor de la responsabilidad, son:

  • Bajar la basura o ir a tirar las bolsas de reciclaje
  • Ir a comprar cosas concretas
  • Ayudar a guardar la compra grande
  • Ordenar la habitación y hacer la cama (con ayuda)
  • Colaborar en pequeñas reparaciones (por ejemplo poner una bombilla)
  • Ayudar en la cocina: por ejemplo rallando tomates
  • Dejar el baño limpio y recogido después de utilizarlo
  • Ayudar en las tareas de limpieza general: por ejemplo barrer o quitar el polvo

1.4. Entre los 13 y los 18 años

Finalmente, y ya entre los 13 y los 18 años, cuando ya dejan de ser “niños/as” (y ya desde hace tiempo…), algunas ideas de tareas que podemos proponerles y que aumenten su sentido de la responsabilidad, son:

  • Asumir plenamente las tareas derivadas de la comida (es decir, poner y quitar la mesa, lavar los platos…)
  • Encargarse de alguna de las compras frescas de la semana
  • Participar en la compra grande
  • Participar en los turnos de limpieza de la casa (por ejemplo suelos, baños…)
  • Cocinar o preparar alguno de los platos de la comida diaria
  • Participar en las tareas de ayuda y protección de alguno de los miembros de la familia que por edad o enfermedad lo necesite
  • Hacer trabajos de reparación (por ejemplo coser el dobladillo de los pantalones)

¿Por qué es importante transmitir este valor?

La educación en valores es un tipo de educación que enseña a los niños a crecer en el respeto y la tolerancia, entre otros. Concretamente, se centra en fomentar valores y cualidades positivas para su desarrollo social, moral y personal, tales como: el respeto, la empatía, la tolerancia, el espíritu crítico, la justicia, la responsabilidad, la igualdad…

Como vemos, uno de estos valores es el valor de la responsabilidad, comentado a lo largo del artículo. Centrándonos en este último valor, ¿por qué es tan importante potenciarlo?

En primer lugar, como hemos visto, la responsabilidad es un valor que enseña a los niños y a los adolescentes a tener obligaciones y a responsabilizarse -valga la redundancia- de sus propios actos y decisiones.

Les enseña a cuidar algo o alguien, a valorar las cosas y a evitar que se dañen. Todo esto, de forma indirecta, enseña de forma intrínseca otra clase de valores, tales como: el amor por la diversidad, el respeto, el cuidado….

Además, el hecho de tener responsabilidades potencia la madurez, la independencia y la autonomía del niño, que ya es capaz de responsabilizarse de sus cosas, de tener en cuenta las consecuencias de sus actos y de actuar de forma más reflexiva. Por estas razones el valor de la responsabilidad es uno de los más importantes de nutrir, ya que favorecerá el desarrollo del niño en todas sus esferas.

Referencias bibliográficas

  • Arce, A. (2014). Diario de una mamá pediatra. Penguin Random House Grupo Editorial. España. (pág. 94).

  • Cortina, A., Gray, J., María, J., Trías, E. y Vargas, M. (2009). La educación y los valores. Biblioteca Nueva. (2ª Ed.). España.

  • Parra, J.M. (2003). La educación en valores y su práctica en el aula. Universidad Complutense de Madrid. Tendencias Pedagógicas 8, 69-88.

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