Personas maduras: 10 características que las definen

La madurez de una persona no tiene que ver con su edad.

Personas maduras

El ser humano atraviesa diversas etapas de su vida. Todas estas fases tienen sus propias características y son un camino necesario para el autoconocimiento, la superación y para eventualmente encontrar la madurez emocional y psicológica.

Pero... ¿cómo son las personas maduras? Se les distingue por una serie de rasgos, reacciones, actitudes ante la vida, los problemas, las personas y sobre sí mismas, que resultan equilibradas, prudentes, saludables y proactivas.

¿Quiénes son las personas maduras?

Una persona madura no necesariamente es una persona adulta. En ocasiones se cree que al llegar a cierta edad, se ha alcanzado la madurez. Esto no es así. Son las experiencias de vida, la personalidad y la disposición por encontrar el equilibrio los elementos que permiten llegar a ella.

Esto no es exclusivo ni limitativo de la edad. También hay que entender que la madurez no es mantenerse serio, rígido e inflexible o una actitud formal y sobria. Por el contrario, suelen tener la capacidad de ser flexibles y mostrarse relajadas. Las personas maduras se distinguen por estas características.

1. Se conocen a sí mismos

Conocerse a uno mismo es uno de los primeros rasgos que distingue a las personas maduras. El autoconocimiento es un trabajo arduo que nunca acaba, pues continuamente estamos evolucionando y aprendiendo. No obstante, una persona madura se conoce y reconoce continuamente.

Esto quiere decir que sabe y acepta sus defectos y cualidades. Por esta razón, se muestran seguros de sí mismos ante los demás. No intentan imponer sus puntos de vista y ante, cuando cometen un fallo, admiten los errores sin llenarse de culpa ni reproches para ellos mismos.

2. Controlan sus emociones

Las personas maduras controlan sus emociones y no sus emociones a ellos. Esto no quiere decir que sean personas frías. Por el contrario, tienen la capacidad de reconocer sus sentimientos y reacciones ante las situaciones y gestionarlas adecuadamente.

Pueden sentir enfado, tristeza y frustración, pero su capacidad de controlarlas permite que tengan la capacidad para procesarlas adecuadamente y dejarlas fluir sin lastimar a otros ni lastimarse a ellos mismos. Lo mismo ocurre con la alegría y la euforia. Se encuentran en control de ellas y las gestionan de un modo eficaz.

Persona segura

3. Aceptan la realidad

Una persona que acepta la realidad tiene la capacidad de transformarla a su favor. Una persona madura entiende que hay situaciones de la realidad que están fuera de su alcance. Esto no le causa frustración, pues lo acepta y lo asume.

No obstante, no son conformistas. Aceptar la realidad tal cual es les permite encontrar la forma de adaptarse y de vivirla a su favor; son capaces de sacar provecho de las circunstancias y sentirse cómodos y no frustrados.

4. No acumulan resentimientos

Vivir sin resentimientos es liberador y contribuye a un estado de plenitud. Es por eso que las personas maduras no tienen resentimientos. Todos nos hemos sentido heridos o traicionados, pero entender que estas situaciones son parte de la vida y deben dejarse atrás, es madurar.

Las relaciones humanas son complejas, convivir con personalidades diferentes nos llevará a menudo a conflictos y situaciones difíciles. Pero tener la capacidad de entender las situaciones, dejar las culpas, perdonar y olvidar, es una característica de las personas maduras.

5. Son pacientes

La paciencia es una virtud que las personas maduras tienen. Saben que las cosas y proyectos requieren tiempo para lograrse. También entienden que requieren esfuerzo y disciplina, por lo que no apresuran los tiempos y saben esperar.

Este rasgo los caracteriza, a diferencia de personas inmaduras. Las personas con poca madurez quieren apresurar todo, y si no lo logran se desesperan y tienen actitudes infantiles y exasperantes. La paciencia sin duda es una muestra de madurez.

6. Tienen mucha empatía

Las personas maduras han desarrollado una gran empatía. Sus propias batallas y su camino al autoconocimiento les han hecho entender que todas las personas atravesamos por nuestros propios procesos, y son comprensivas ante esta realidad.

Aunque saben poner límites para que no abusen de ellos, por otro lado son empáticas ante la realidad de los demás y sus reacciones y situaciones. Este rasgo los convierte en personas que más que criticar al otro, lo comprenden sin juzgar.

7. Saben establecer límites

Sin ser personas violentas u hostiles, saben muy bien sus límites y no dejan que los demás los rebasen. Que sean personas comprensivas, empáticas y pacientes con los demás no quiere decir que permitan que los demás abusen de ellos.

Reconocen muy bien los aspectos que los vulneran y tienen la capacidad de mostrarse firmes para que aquellos que quieran rebasar esos límites no los traspasen. Saben como mantenerse dignos y hacer que los demás los respeten, sin necesidad de llegar a la violencia o a la intimidación.

8. Son responsables de su vida y sus actos

Una característica que define a las personas maduras es la responsabilidad. Ellos no “echan culpas” a los demás, por el contrario, asumen las consecuencias de sus actos y siempre que sea posible buscan reparar el daño o pedir disculpas si es necesario.

Saben que esto no es un acto de debilidad. La seguridad que tienen en sí mismos les permite asumir sus responsabilidades, no temen sentirse vulnerables ante esto y tampoco se llenan de culpa o resentimientos ante ellos mismos por los errores cometidos.

9. No les gustan las habladurías

Cuando las demás personas hablan o juzgan a otras, las personas maduras no participan en ello. Han llegado a un estado de madurez en el que no les interesa participar de chismes. Prefieren mantenerse alejados de este tipo de situaciones, y siempre que sea posible, detenerlas.

Saben que los juicios pueden hacer mucho daño. Son concientes de que esto solo genera más problemas, de los que obviamente no quieren ser partícipes. Esta actitud madura en ocasiones no es bien aceptada por los demás, no obstante a ellos no les afecta y siguen en su postura.

10. No tienen problema con estar solos

Las personas maduras no tienen problema con pasar tiempo solos. Incluso no tienen problema con pasar mucho tiempo solos, o realizar actividades sin estar acompañados de nadie más. Les agrada su propia compañía y disfrutan de esos momentos sin sentir tristeza.

Esto es un rasgo característico de las personas maduras. No temen a la soledad, ni la ven como algo triste o negativo. Aprovechan el tiempo a solas y no tienen ningún problema en pasar largas temporadas sin pareja. Saben que es mejor esperar a encontrar alguien con quien se sientan cómodas.

Referencias bibliográficas

  • Ardila, R. (2004). La Psicología en el Futuro. Madrid: Pirámide.
  • Triglia, Adrián; Regader, Bertrand; García-Allen, Jonathan (2016). Psicológicamente hablando. Paidós.
  • Vidales, Ismael (2004). Psicología general. México: Limusa.
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