Ir al psicólogo puede parecer algo que solo hacen unos pocos y que no va con uno mismo, pero realmente recibir ayuda psicológica puede ser fundamental en distintos momentos de nuestra vida, dándonos herramientas para poder afrontar mejor los problemas.
Hay signos o síntomas que nos pueden indicar que algo no va bien y debemos pedir ayuda profesional si queremos evitar el desarrollo de afecciones o patologías más graves. Pedir ayuda no es ningún fracaso y por más que seamos seres independientes y capaces de hacer y afrontar muchas situaciones hay algunas que nos pueden superar, es en estas circunstancias donde es recomendable ir al psicólogo. En este artículo, te citamos algunas conductas, sentimientos o sensaciones que pueden indicarnos que es el momento de buscar ayuda profesional.
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¿Cuándo debo ir al psicólogo?
Existe un estigma en la sociedad respecto a asistir al psicólogo ya que se tiende a pensar que la gente que recibe ayuda psicológica está “loca” o que es necesario estar muy mal para requerir intervención profesional. Pero la realidad es que todo el mundo nos podemos beneficiar de ir al psicólogo puesto que durante el transcurso de la vida nos suceden situaciones difíciles o complicadas de afrontar, donde el apoyo de un profesional nos puede ir muy bien.
De este modo debemos tener presente que la función del psicólogo no es curarte el problema, con esto nos referimos, que normalmente el papel del profesional consiste en enseñar las técnicas y estrategias pertinentes a cada paciente para que sea él mismo quien afronte la situación conflictiva y así, si se vuelve a producir una situación similar sepa cómo actuar.
En referencia a los sujetos con patología crónica el propósito será mejorar su estado para que se integren, en la medida de lo posible, a la sociedad y tengan una vida funcional. Vemos así como el propósito del psicólogo es intervenir al individuo para que este sea lo más independiente posible. Ahora bien, aunque todo el mundo puede ir voluntariamente al psicólogo, sí que hay algunos síntomas o signos que nos alertan y nos indican que sería propicio buscar ayuda. Hay algunas situaciones donde pedir la intervención profesional es más urgente y será más recomendable asistir.
Apuntar que la decisión de buscar ayuda es muy personal y al final será uno mismo quien decida ir o no al psicólogo. Para ayudarte a identificar posibles indicadores que pueden suscitar la necesidad de intervención te presentamos una lista de los más frecuentes.
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1. Has vivido una situación muy estresante
Es habitual la comparación de la vida con una montaña rusa, esta se refiere a que la vida no es una línea recta, suceden acontecimientos que pueden variar nuestro estado y modificar nuestros ánimos. Del mismo modo, hay personas que viven las situaciones de crisis de manera más intensa que otras y que tienen las subidas y bajadas de ánimo más marcadas.
Puede ser que notes que la situación te desborda y que no te sientes bien anímicamente, este no poder controlar la situación es un indicador que sería favorable que buscaras ayuda psicológica y así aprender nuestras herramientas para llevar mejor la situación.
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2. Tienes problemas para dormir o descansar
Muchas de las afectaciones del sueño se deben a malestar psicológico, preocupaciones o problemas que no desaparecen de nuestra mente y no nos dejan tener un funcionamiento correcto en otras áreas, por ejemplo en el descanso.
Dormir y descansar es fundamental para rendir bien, ser productivo, así como para muchas funciones cerebrales y para la correcta recuperación de este. Así pues, ir al psicólogo nos puede ayudar a disminuir los problemas que esconde el no poder descansar y en caso de no tener unas pautas de sueño adecuadas establecer unas que sí sean saludables.
3. Sientes malestar físico sin causa aparente
El malestar físico, después de haber hecho las pruebas pertinentes y descartar causas orgánicas, puede deberse a un problema psicológico. A veces las preocupaciones, la ansiedad o la depresión, afectaciones que no estamos habituados a relacionar con problemas corporales, generan una dolencia física. Si los médicos han descartado otras patologías y no encuentran la causa, puede ser de ayuda ir al psicólogo porque tal vez estás expresando de manera somática una alteración mental.
4. Tienes pensamientos repetitivos que te provocan malestar
Puede haber distintas causas detrás de la aparición de pensamientos repetitivos y conocer la verdadera razón que se esconde detrás de estas ideas nos puede ayudar a saber cómo afrontar la situación o plantear la intervención para disminuir la afectación.
Por ejemplo las ideas repetitivas se observan en pacientes con obsesiones, estos son pensamientos que surgen de manera persistente en el sujeto generando gran malestar; también las pueden mostrar individuos con creencias delirantes, que giran en torno a un tema y presentan ideas repetitivas sobre él. Aunque no es necesario tener patología, las ideas sobrevaloradas son ideas con mayor carga afectiva, que destacan en relación a otras, y se repiten en el tiempo.
5. Sientes que ninguna actividad te proporciona satisfacción
La anhedonia, la pérdida de la capacidad para sentir placer o satisfacción, es un síntoma típico del trastorno depresivo mayor, aunque también lo podemos observar en otras afectaciones o en población sin patología. Sentir de manera persistente, que actividades, cosas, que antes te producían placer ya no lo hacen puede ser señal que algo en ti no está bien y podrías beneficiarte de pedir consejo psicológico.
6. Te notas con dificultades en tus relaciones sociales
Puede que sintamos que nos cuesta interactuar con los demás, que no logramos establecer amistades y que esta situación nos provoca malestar. El psicólogo te puede ayudar y proporcionar estrategias para mejorar tus habilidades sociales, de comunicación y asertivas para que tus relaciones sean más favorables y aumente tanto tu satisfacción como la de los demás.
Es igual de perjudicial tener un conducta manipuladora, de aprovecharse de los demás, como actuar de manera sumisa y no defender los propios derechos y pensamientos. Así, aprender estrategias para poder encontrar el equilibrio, el punto medio, te puede ser muy útil.
7. Te sientes desbordado en el trabajo
El burn out es el nombre que recibe el estrés laboral. Se ha observado que normalmente este está causado por una falta de control sobre el trabajo, sentir que no se te reconoce tu trabajo o trabajar en una profesión que implica una alta carga emocional. Es importante intervenir cuando notemos los primeros síntomas y no esperar a que estos se descontroles, ya que pueden derivar en afectaciones más graves como depresión.
8. Notas que tu vida está desorganizada
Vivimos en una sociedad acelerada, donde continuamente se nos pide alcanzar objetivos, metas, conseguir logros y olvidamos las necesidades básicas que realmente requerimos para poder vivir, como dormir o comer. Esta sensación de desorganización que nos genera malestar puede solucionarse con el establecimiento de rutinas y hábitos saludables que le den estabilidad a nuestra vida. A veces los factores más simples como dormir mínimo unas siete horas y comer como mínimo tres veces al día es lo que nos ayuda a ser más felices.
9. Sientes que tu vida no tiene sentido
Del mismo modo que cuando tenemos una dolencia física vamos al médico, si nos sentimos mal anímicamente debemos ir al psicólogo. No debemos aceptar la pérdida de sentido de la vida como algo normal, tenemos derecho a ser felices. Así que si notas que vives con el piloto automático y que ya no le encuentras sentido a tu vida, es el momento de pedir ayuda profesional para identificar y solventar qué causa este sentimiento.
10. Has dejado de quererte
La autoestima, el quererse a uno mismo, es muy importante para lograr un buen autoconcepto, una buena percepción de uno mismo, para sentirnos bien, para ser felices, es decir, es una pieza fundamental que repercute en distintos ámbitos de nuestra vida, pero al mismo tiempo cuesta conseguir tenerla en un buen nivel.
Este sentimiento de estima propia se trabaja y no se mantiene estable durante todo la vida, por ese motivo si notamos que se encuentra dañado y no estamos bien con nosotros mismos la intervención psicológica nos puede ayudar a entrenar estrategias para mejorar la percepción, valoración y estima propia.
11. Te sientes irritado y agresivo
La irritabilidad y la agresividad pueden ser la expresión de un malestar interno. Es posible que las preocupaciones, el estado de ánimo depresivo, la ansiedad nos hagan estar más sensibles y que saltemos fácilmente sin que haya una razón objetiva. Pedir ayuda a un profesional te puede ser útil para trabajar la causa que provoca este comportamiento, así como aprender técnicas de autocontrol y relajación para cuando nos sentimos irritados o cuando perdemos la calma.
12. Sientes que las sustancias son las que controlan tu vida
El consumo de sustancias puede conllevar la dependencia a ellas y con ello la pérdida de control. Las drogas no solo cambian nuestro estado o modifican nuestra conducta, un consumo repetido conlleva cambios a nivel cerebral haciendo que nuestro cuerpo pasa a depender de ellas y notemos sensaciones adversas (abstinencia) si no las tomamos.
Así pues, no es fácil dejarla ya que nuestro cuerpo está acostumbrado a ella y no solo eso sino que sentimos que funcionamos mal sin ella. De este modo la intervención de un profesional que tenga experiencia en este campo y que nos ayude a dejarlo es fundamental.
