Dopamina (neurotransmisor): qué es, funciones y características

Analizamos qué es esta sustancia cerebral y en qué funciones está implicada.

Dopamina

Las sustancias cerebrales (también llamadas neurotransmisores tienen un papel esencial en las funciones del organismo.

Una de ellas es la dopamina, conocida por su implicación en los sistemas de refuerzo, en la regulación de la memoria, en las emociones y en la ejecución de movimientos.

Esta sustancia también se relaciona con la esquizofrenia; es por ello que los antipsicóticos actúan sobre ella, bloqueando sus receptores. En este artículo conoceremos sus localizaciones cerebrales, funciones, receptores y sustancias que la inhiben o la potencian. Además, veremos cómo se relaciona con algunos trastornos como el TDAH o la propia esquizofrenia.

Dopamina: características

La dopamina es un neurotransmisor cerebral muy importante, que se relaciona con funciones como el movimiento (funciones motoras), las funciones ejecutivas, las emociones, la motivación y los refuerzos.

Esta sustancia cerebral está muy implicada en los trastornos psicóticos, especialmente en la esquizofrenia, ya que se ha observado que en estos pacientes las concentraciones de dopamina soy más elevadas de lo normal.

Además, los antipsicóticos que se emplean para tratar estos trastornos, se basan fundamentalmente en reducir los niveles de dopamina en el cerebro (son antagonistas dopaminérgicos). Se ha demostrado cómo esta reducción de la dopamina, ayuda a aliviar los síntomas positivos de la esquizofrenia (delirios, alucinaciones…).

Localización y funciones

La dopamina se encuentra en cantidades importantes en cuatro vías o sistemas cerebrales: la vía nigroestriada (sustancia negra y ganglios basales), la vía mesolímbica, la vía mesocortical y la vía tuberoinfundibular.

Vamos a ver qué funciones se relacionan con estas cuatros vías o sistemas:

1. Sistema nigroestriado

Dentro de este sistema (localizado en el mesencéfalo), la dopamina se encuentra principalmente en las áreas de los ganglios basales y de la sustancia negra. En el sistema nigroestriado, la dopamina cumple una función relacionada con el movimiento.

Por otro lado, se ha observado cómo en los pacientes con enfermedad de Parkinson, la dopamina se encuentra deficitaria en esta zona. Esto tiene sentido, ya que en la enfermedad de Parkinson el movimiento está especialmente afectado (es su síntoma más característico).

2. Sistema mesolímbico

La segunda localización de la dopamina es el sistema mesolímbico, que se encuentra, como el anterior, en el mesencéfalo cerebral. Concretamente, en el sistema límbico y el núcleo accumbens (áreas implicadas en el refuerzo y las emociones). Así, en el sistema mesolímbico, la dopamina se relaciona especialmente con las emociones y con el refuerzo positivo; son áreas que se activan cuando experimentamos placer o sensaciones agradables.

Este sistema está implicado en los síntomas positivos de la esquizofrenia (la alta concentración de dopamina en el mesolímbico se ha relacionado con dichos síntomas). Recordemos que los síntomas positivos incluyen los síntomas “por exceso”, tales como las alucinaciones, el comportamiento desorganizado o extravagante, los delirios, etc.

3. Sistema mesocortical

La dopamina también se encuentra en el sistema mesocortical, localizado en el mesencéfalo prefrontal. Es por ello (su localización prefrontal) que la presencia de dopamina en dicho sistema se relaciona con las funciones ejecutivas: la planificación, la atención, la cognición…

Contrariamente al anterior, el sistema mesocortical se relaciona con los síntomas negativos de la esquizofrenia (abulia, aplanamiento afectivo, anhedonia, apatía…); es decir, los síntomas “por defecto”.

4. Sistema tuberoinfundibular

El cuarto sistema donde encontramos dopamina, se localiza en el hipotálamo y la hipófisis (estas estructuras se conectan a través del infundíbulo). La dopamina en el sistema tuberoinfundibular inhibe la prolactina, una hormona relacionada con la secreción de leche materna durante el embarazo. Es decir, la dopamina aquí ejerce un control hormonal.

Cuando se toman antipsicóticos (que disminuyen la concentración de dopamina en las cuatro vías comentadas), en este sistema en concreto, la prolactina aumenta, produciendo efectos secundarios como galactorrea (secreción de leche en personas que no están amamantando) y aumento del tamaño mamario.

Receptores

Los receptores son estructuras que se encuentran en membrana de las células y que permiten la conexión de los neurotransmisores; es decir, permiten la transmisión de información, y el aumento de ciertas sustancias cerebrales.

Generalmente, los fármacos (por ejemplos los antipsicóticos, los antidepresivos…) actúan sobre los receptores celulares, aumentando o inhibiendo la secreción de ciertas sustancias (dependiendo de si su mecanismo de acción es agonista [aumento] o antagonista [disminución o inhibición]).

Cada tipo de neurotransmisor tiene unos receptores específicos; en el caso de la dopamina, existen de dos tipos: los presinápticos y los postsinápticos. Como receptores de la dopamina encontramos los receptores D1 y D5 (postsinápticos), y los receptores D2, D3 y D4 (pre o postinápticos).

Los receptores alterados en la esquizofrenia son los D2; éstos, se encuentran implicados en el refuerzo y las adicciones. En la esquizofrenia, existe una hiperactivación de estos receptores, y un aumento de la sustancia dopaminérgica (dopamina). Los antipsicóticos, como hemos mencionado, reducen la concentración de dicha sustancia.

Agonistas

Las sustancias o fármacos agonistas aumentan la concentración de “X” sustancia en el cerebro. En otras palabras, se puede decir que los agonistas aumentan el efecto de dicha sustancia. Cada neurotransmisor cerebral (como la noradrenalina, la serotonina…) tiene sus propias sustancias agonistas. Estas sustancias pueden ser sustancias naturales, drogas, fármacos...

En el caso de la dopamina, encontramos cuatro sustancias agonistas principales (sustancias estimulantes):

1. Apomorfina

La apomorfina, curiosamente, es una sustancia agonista de la dopamina, pero a dosis altas; a dosis bajas, sin embargo, actúa como antagonista (inhibiendo su efecto). Se trata de un derivado sintético de otra sustancia, la morfina. La apomorfina se utiliza para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.

2. Anfetaminas

Las anfetaminas son unas drogas que actúan sobre la dopamina (DA) y sobre la noradrenalina (NA). Son potentes estimulantes del SNC (Sistema Nervioso Central), y su mecanismo de acción se basa en invertir las bombas de recaptación de estas sustancias; es decir, aumentan la liberación de las mismas e inhiben su recaptación.

3. Cocaína

Otra sustancia agonista de la dopamina es la cocaína, otra droga conocida, que se extrae de las hojas de la coca (un tipo de arbusto), y que también se puede sintetizar en el laboratorio. La cocaína actúa inhibiendo la recaptación de la dopamina, haciendo que sus niveles aumenten.

4. Metilfenidato

Finalmente, el metilfenidato, fármaco conocido por indicarse y emplearse en casos de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), también inhibe la recaptación de la dopamina, aumentando su concentración en el cerebro.

Paradójicamente, aunque el metilfenidato es un estimulante, es un fármaco que se ha visto que mejora la atención y reduce la hiperactividad (y la impulsividad) en niños con TDAH. En niños con TDAH, se han encontrado niveles deficitarios de dopamina en el área prefrontal del lóbulo frontal (ya que se recapta muy rápido).

Antagonistas

Por contra, la sustancias antagonistas inhiben la acción de “X” sustancia, disminuyen su concentración o reducen su efecto. Los antagonistas principales de la dopamina son los fármacos antipsicóticos, que pueden ser clásicos o típicos (de primera generación) o atípicos (de segunda generación).

Lo que hacen los antipsicóticos, como ya hemos mencionado, es bloquear los receptores D2 de la dopamina, para reducir o inhibir el efecto de esta sustancia; es decir, actúan como antagonistas de la misma.

Los antipsicóticos se utilizan especialmente en los trastornos psicóticos, aunque también tienen indicaciones para casos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), dolor crónico, trastornos del movimiento y tics, agitación, confusión, delirium, deprivación etílica (alcohol)... Las indicaciones siempre dependerán del tipo de antipsicótico y de sus propiedades.

Referencias bibliográficas

  • Carlson, N.R. (2005). Fisiología de la conducta. Madrid: Pearson Educación.

  • Netter, F. (1989). Sistema nervioso. Anatomía y fisiología. Barcelona: Salvat.

  • Stahl, S.M. (2002). Psicofarmacología esencial. Bases neurocientíficas y aplicaciones clínicas. Barcelona: Ariel.

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