Hoy en día tenemos la suerte de poder viajar a cualquier parte el mundo en cuestión de horas. Habría sido imposible pensar en que esto pudieses ser una realidad antes del invento de la aviación, como también lo habría sido pensar en una afectación temporal del sueño como el jet lag.
El jet lag es un desequilibrio interno que se puede manifestar cuando una persona realiza vuelos de larga distancia. Generalmente se considera que puede empezar a producirse cuando se cruzan más de tres zonas horarias, alterando los ritmos normales del reloj biológico interno. En este artículo veremos diferentes formas efectivas de combatir y superar el jet lag cuando viajamos en avión.
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8 formas de prevenir y recuperarse de los síntomas producidos por el jet lag
El desfase horario que se puede sufrir en vuelos de larga distancia puede dar una indeseable sintomatología en nuestro cuerpo. Tener que adaptarse a un nuevo huso horario puede conllevar alteraciones del sueño, pero también irritabilidad, náuseas o incluso dolor de cabeza y malestar estomacal.
Tanto si se viaja por trabajo como por placer, lo cierto es que los síntomas producidos por el jet lag resultan muy inoportunos. Por lo tanto, es interesante hacer lo posible para reducir o evitar los efectos del jet lag en nuestra salud y calidad de vida. Afortunadamente existen una serie de consejos para combatir y superar los efectos del jet lag.
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1. Empezar a cambiar nuestro horario antes del viaje
Una buena estrategia para no sufrir tanto jet lag es prepararnos antes de emprender el viaje, más allá de hacer las maletas. Organizar nuestros nuevos horarios de forma anticipada puede comportar una mucho mejor adaptación.
Por ejemplo, podemos empezar a cambiar horarios de comidas y de horas de dormir poco a poco. Una vez de llegue al destino solamente dos o tres horas pueden suponer la clave de una adaptación efectiva desde el primer día.
2. Cambiar el “chip” del horario justo después de la salida
Cambiar la hora de nuestro reloj con la de destino inmediatamente después de que el avión que este despegue es una gran idea. Empezar a mentalizarnos del nuevo horario antes de llegar es muy positivo para adaptar y anticipar nuestro comportamiento.
Por ejemplo, si vemos que el día va a ser largo, nuestra mente va a tener más predisposición a dormir y descansar en el avión que si no lo hubiéramos visualizado.
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3. Adaptarse poco a poco los nuevos horarios
Una vez llegados a nuestro destino, se recomiendo reajustar el horario un poco cada día en vez de hacerlo de golpe. Minimizar el cambio a través de adaptar nuestro horario una hora cada día puede ayudarnos a que el jet lag sea menos duro. Por cierto, es relevante fijarse que si viajamos hacia el oeste, de acuerdo con la luz solar, el cambio será mínimo. Volar hacia el este es cuando empeoran los efectos del jet lag, por lo que es más necesario combatir los efectos del jet lag.
4. Llevar lo necesario para dormir en el avión
Aconsejamos preparar algunos accesorios para ayudar a conciliar el sueño en caso de que sea lo deseado. Si tienes problemas en dormir en un lugar como un avión, llevar tapones para los oídos, una máscara para los ojos y una almohada cervical puede ser una gran idea.
Otras ideas pueden ser algo para cubrirnos y no coger frío, como una manta ligera o una sudadera, o unos calcetines para mantener los pies calientes. Hay compañías de vuelos de larga distancia que ya están ofreciendo accesorios de este tipo.
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5. Hidratarse bien
Todo lo que conlleva realizar un viaje en avión a veces hace que nos olvidemos de algo tan básico como hidratarse, y una vez en el avión no queremos pagar altos precios.
Beber agua regularmente es esencial para nuestra salud, y es que la deshidratación puede empeorar los síntomas del jet lag. Además, el aire acondicionado del avión tiende a acelerar nuestra deshidratación.
Se recomienda beber agua antes, durante, y después del viaje, reduciendo al máximo cafés, refrescos y alcohol.
6. Comer bien y ligero
En momentos de exigencia para nuestro cuerpo debemos ayudarle con digestiones fáciles y de calidad. Para que nuestro cuerpo se pueda centrar en recuperarse y en depurarse, comer ligero y sano va a ser de gran ayuda.
Comer a las horas, intentando adaptarnos cuanto antes a los nuevos horarios, será de gran ayuda en contraposición a picar entre horas.
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7. Ir organizados para no estresar demasiado a nuestro cuerpo
En un viaje en avión estamos expuestos a estímulos que ponen a nuestro cuerpo bajo presión. Un vuelo implica ciertos estresores, a veces inevitables, como la inhalación de sustancias volátiles provenientes de carburantes o la exposición a radiaciones.
Por otro lado, incidencias de última hora en el aeropuerto o en la carretera pueden generar estrés. Para respetar nuestra salud al máximo es adecuado organizar los horarios para evitar sorpresas y anticiparnos a ellas.
Sentir ansiedad por miedo a no poder coger el avión puede hacer que nuestra recuperación después de un jet lag sea más larga y difícil.
8. Dejar que nuestro cuerpo se recomponga
Cuando llegues a tu destino no le exijas mucha actividad a tu cuerpo y a tu mente. En vez de llegar e ir directamente a reuniones de trabajo o a practicar algún tipo de actividad demandante. Relájate en tu casa o alojamiento y recomponte para empezar el día siguiente como nuevo.
Un baño caliente, una cena ligera o incluso un masaje para destensar la musculatura y calmar los nervios es de gran ayuda. El sistema linfático, el sistema hormonal, el sistema nervioso y el sistema inmunológico lo agradecerán.
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Referencias bibliográficas
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