Los 8 tipos de Fobias: causas, síntomas y tratamiento

Las fobias son trastornos asociados a la ansiedad que consisten en miedos irracionales, fuertes y clínicamente significativos hacia objetos o situaciones que no representan un peligro real. Un análisis de su clasificación.

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Las fobias se caracterizan por mostrar un temor excesivo y desproporcionado y una conducta de evitación o presencia de intenso malestar. Existen distintos tipos de fobia según el estímulo o estímulos temidos.

Podemos diferenciar tres tipos de fobias. La fobia específica, que muestra un temor a un estímulo particular y concreto, estas a su vez se pueden dividir en tipo animal, tipo situacional, tipo ambiental, tipo sangre o heridas u otros tipos. Por su parte, la agorafobia se describe como un miedo intenso a dos o más situaciones, vinculado con la posibilidad de mostrar un ataque de pánico o síntomas incapacitantes y no poder huir o recibir ayuda.

Por último, la fobia social se relaciona con temor excesivo a las situaciones sociales, el sujeto muestra miedo a ser evaluado negativamente por su entorno. En este artículo hablaremos de las fobias, cómo se define esta patología y cuáles con los distintos tipos que existen, resaltando sus rasgos más característicos.

¿Qué es una fobia?

Existen una serie de características que son típicas de las fobias que hacen que se diferencien de otros conceptos como por ejemplo el miedo. Las fobias se definen como un temor desproporcionado asociado a un trastorno de ansiedad, si lo comparamos con la intensidad de la amenaza, generando una reacción mucho más intensa que la esperada; y se muestra una conducta de evitación ante la posible aparición del estímulo o se soporta este pero con gran malestar.

Señalar que antes también destacaba como característico la presencia de conciencia de irracionalidad por parte del sujeto, aunque en la última versión del Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatras (DSM 5), este criterio es eliminado. Ahora que conocemos mejor los rasgos principales del término pasaremos a mencionar algunos de los distintos tipos que existen.

¿Cómo se clasifican las fobias?

Debemos tener presente que existen fobias para cualquier tipo de estímulo, es decir, toda situación, objeto o ser vivo que produzca en los sujetos las reacciones antes apuntadas los podremos clasificar como fobia. Es muy importante remarcar que para poder hacer el diagnóstico de trastorno la alteración o temor debe suponer un gran malestar en el individuo y repercutir en su funcionalidad.

Nos referimos que, si tiene miedo al avión pero este hecho no le impide llevar una vida normal, puesto que no es necesario que lo coga, realmente no hablaremos de fobia. La multitud de fobias que podemos nombrar las podemos dividir en tres categorías: las fobias específicas, la agorafobia y la fobia social.

1. Fobia específica

La fobia específica aparte de cumplir las características propias de fobia, observamos que el temor excesivo está dirigido a un objeto o situación concreta, presente o anticipada. Se considera el tipo de fobia menos incapacitante, dada su especificidad y es el que suele mostrarse con mayor frecuencia en la población, aunque en muchas ocasiones la gravedad es media o baja y no repercute en el sujeto. Suele ser comórbido y presentarse junto a otro tipo de trastorno de ansiedad y normalmente se muestran de forma temprana entre los 7 a 11 años de edad.

El DSM 5 aparte de los rasgos ya mencionados de miedo intenso y desproporcionado, aparición de conducta de evitación y malestar, añade que es necesario que los criterios se cumplan durante mínimo 6 meses. Así también da la posibilidad de especificar el tipo de fobia específica.

1.1. Fobia específica tipo animal

La fobia tipo animal o también conocida como zoofobia, suele ser la que se manifiesta a más temprana edad, normalmente a los 7 años como promedio. Como sucede con la mayoría de trastornos vinculados con la ansiedad es más prevalente en mujeres y se ha observado que si uno de los progenitores muestra este tipo de fobia aumenta la posibilidad de que el hijo/a también lo presente.

Podemos referir tantos tipos de fobia específica animal como animales hay en el mundo. Por ejemplo denominamos cinofobia cuando el animal temido es el perro o ailurofobia cuando es el gato. También son muy típicas las dirigidas a animales que generan cierto asco como las serpientes o las arañas.

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1.2. Fobia específica entorno natural o ambiental

Las fobias naturales o ambientales se vinculan con un temor intenso a estímulos vinculados con la naturaleza, como por ejemplo la tormenta, las alturas, denominada también acrofobia, al viento, al agua, a la oscuridad… Todos estímulos no creados por el hombre. Como sucede con el tipo anterior también lo observamos más en mujeres, aunque este caso se trata del tipo de fobia específica más prevalente en hombres. Como rasgo excepcional vemos que en el caso de la acrofobia, antes mencionada, la prevalencia entre varones y mujeres afectados son similares.

1.3. Fobia específica tipo sangre-inyecciones-heridas

La fobia a la sangre, a las heridas y a las inyecciones suele iniciarse a partir de los 9 años o principios de la adolescencia. A diferencia de los otros tipos de fobia específica se diagnostica de forma similar en ambos sexos, prevalencia parecida, observando también una elevada incidencia familiar, lo que quiere decir que si en nuestra familia está presente este tipo de fobia, aumentan la probabilidad que nosotros la mostremos.

Es característico de este tipo de fobia la presencia de un patrón bifásico vinculado con la respuesta vasovagal, donde se observa un aumento de la activación seguido de una intensa caída, con reducción de la tasa cardiaca y de la presión arterial, produciéndose así una sensación de mareo y a veces incluso el desmayo. Esta respuesta distintiva conlleva una tipo de tratamiento específico que consiste en la aplicación de tensión previa para prevenir el desmayo.

1.4. Fobia específica tipo situacional

Las fobias situacionales como bien nos indica el nombre muestran temor intenso a una situación en específico, como pueden ser a los aviones, a los lugares cerrados, a conducir o al ascensor. Dentro de la categoría de fobia específica es la que se inicia de forma más tardía, en edades próximas a los treinta años. Como ya hemos comentado, y sucede con la mayoría de los trastornos de ansiedad, es más prevalente en mujeres.

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1.5. Fobia específica otros tipos

En esta categoría de tipo de fobia se incluyen todas aquellas que no podemos clasificar en ninguno de los grupos anteriores. Así podemos hablar de fobia a vomitar, a los globos, a las personas disfrazadas o a poder asfixiarse. Debemos tener en cuenta que no sólo muestran temor a un estímulo sino que también pueden sentir miedo por sufrir daño, como puede ser un accidente o ahogarse o por la propia reacción de ansiedad, es decir, las consecuencias que puede tener su conducta fóbica y qué podría comportar perder el control.

2. Agorafobia

El DSM 5 presenta un nuevo modo de clasificación de la agorafobia, hasta el momento, la versión anterior del manual, el DSM IV, había clasificado la agorafobia como un especificador de aumento de gravedad del trastorno de pánico. En cambio, el DSM 5 lo define como una categoría diagnóstica independiente, puedes cumplir criterios para un trastorno de agorafobia sin mostrar un trastorno de pánico.

Los criterios requeridos actualmente para poder hacer el diagnóstico son el miedo o ansiedad intensa a dos o más de las siguientes situaciones: hacer uso del transporte público, estar en espacios abiertos, estar en sitios cerrados, estar solo o rodeado de mucha gente. El miedo a estas situaciones se vincula con la dificultad que comportaría poder escapar del sitio o poder recibir ayuda si sufre un ataque de pánico o cualquier otra reacción incapacitante.

Vemos como la situación temida genera ansiedad en la mayoría de ocasiones y se intenta evitar o se soporta con gran malestar. Los criterios deben cumplirse durante mínimo 6 meses, como vimos en la fobia específica.

La edad de inicio del trastorno suele ser al final de la adolescencia o edad adulta temprana de los 20 a los 30 años, mostrando poca prevalencia en la infancia. Aún así a veces cuesta saber la edad de inicio, ya que en la mayoría de ocasiones piden ayuda profesional, acuden a consulta, 5 o 10 años después del inicio de los síntomas.

Si tenemos en cuenta las características de este trastorno vemos necesario hacer diagnóstico diferencial con otras patologías. Por ejemplo en el caso de la fobia específica tipo situacional, ya comentada, las situaciones temidas pueden ser las mismas, pero la agorafobia muestra miedo a un mayor número de situaciones, vemos como piden como mínimo dos para poder cumplir criterio.

Referente a la distinción con el trastorno de pánico, que también se puede mostrar de manera conjunta, nos damos cuenta como la agorafobia teme la falta de posibilidad de escapar o recibir ayuda, en cambio en el trastorno de pánico el miedo es a la reacción propia del ataque, a las consecuencias que puede conllevar este.

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3. Fobia social

El trastorno de fobia social muestra los siguientes criterios: miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el sujeto se ve expuesta ante otras personas. Estas conductas pueden ser diversas, vinculadas con la interacción social como mantener una conversación o actuar delante de otras personas como puede ser hacer una presentación de trabajo. El miedo se relaciona con la posibilidad de ser evaluado negativamente por el grupo social, por el entorno.

Como vimos en las otras fobias el miedo es excesivo, se trata de evitar la situación y en caso de no tener más remedio que hacerlo se soporta con mucho malestar. También se requiere 6 meses de presencia de afectación. El DSM 5 presenta como nuevo y único especificador “sólo actuación” cuando el miedo solo se vincula a actuar o hablar en público.

Este trastorno suele iniciarse en la adolescencia, observándose en niños que mostraban timidez. Es fundamental diferenciar la fobia social, que se considera un trastorno, de timidez, que se define como un rasgo de personalidad normal. Por este motivo, la fobia social al tratarse de una patología, observaremos mayor afectación del funcionamiento del sujeto, mayor deterioro. En cambio, la timidez mostrará menor deterioro y afectación funcional.

Em referencia a la prevalencia según sexo en la pobalción general sí que vemos mayor afectación en mujeres pero si nos fijamos en al población clínica, sujetos con diagnóstico, la prevalencia se iguala e incluso puede mostrarse superior en varones.

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