No solo el amor, la melancolía y los hechos históricos han sido musas inspiradoras para grandes poetas, sino que también lo es la fe y la devoción a Dios, en donde las personas ponen de manifiesto todo el amor que tienen sobre su vida espiritual, los milagros que han presenciado en su vida o el agradecimiento sobre el impacto que ha generado sus creencias.
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Grandes poemas inspirados en Dios y la religión
Por ello, hemos traído a continuación los mejores poemas inspirados en Dios y la religión que ponen en alto el poder de la fe.
1. Deseo poco (Facundo Cabral)
Te daré una vida sencilla
con las cosas que el hombre olvidó
sin alfombras, pero con sonrisas
y los ojos abiertos al sol.
Lo mejor de la vida es gratis
no hay pobreza teniendo a Dios,
la esperanza será nuestro huésped,
teniendo confianza, habrá comprensión.
Yo te ofrezco la brisa de mayo,
las flores de octubre
y todo mi amor.
Volaremos igual que las aves
en el cielo fronteras no hay.
A tu piel cubriré con la mía
y el invierno, verano será.
Nuestros besos, será nuestra casa,
nuestras manos, será nuestra ley,
por la plaza cantando descalzos,
con la vida juntos vamos a jugar.
Dios ha puesto la dicha en lo simple
y ese es el camino a la felicidad.
a la felicidad.
- Este poema pone de manifiesto que al tener fe en Dios, es posible encontrar la fortaleza de seguir adelante pues él sabrá cómo indicarnos el camino.
2. Amo a Dios (Daniel Nuño)
Dios es Amor, Verdad inconfundible.
Dios es Amor. Y es tal su inmensidad,
que ante su Amor no existe el imposible,
y al pecador le ofrece eterna Paz.
Indigno soy de que El en mí pensara.
Yo sé que no merezco su perdón.
Mas con su Amor me limpia y fiel me ampara.
Su Gracia tengo cual precioso don.
Dios es Amor, y lo es, de tal manera,
que a Su Hijo dio por mi alma redimir,
y en cruz murió para que yo tuviera
en su mansión, eterno porvenir.
Dios es Amor. Mas lo que no comprendo,
es que el mortal rechace su Bondad.
Desprecie el don de Dios, y esté escogiendo
su perdición por propia voluntad.
Dios es Amor, y mi alma lo celebra
dando alabanzas a mi Salvador.
Por su Bondad cambió mi suerte negra,
y hoy brilla en mí la lumbre de su Amor.
- Todos merecemos una segunda oportunidad. Incluso si consideramos estar tan condenados que no somos merecedores de un cambio favorecedor.
3. Atiende al consejo, joven (Zaida C. de Ramón)
Oye joven, sé prudente;
apártate para Dios
Entrégate a Él por completo;
toma hoy la decisión.
El mundo mucho te ofrece;
se presenta en su esplendor
Pero al final del camino
todo es desilusión.
La carne con sus pasiones
provoca a la tentación
Si no la vences a tiempo,
te lleva a la perdición.
Es una trampa, no cedas;
es lazo del tentador
Repréndelo en el momento,
si no, te espera el dolor.
Mira arriba, hacia el cielo;
busca el rostro del Señor
Es el refugio seguro,
el lugar de bendición.
El es el Amigo fiel;
conoce tu corazón
Es el que llena el vacío;
da plena satisfacción.
Sé sabio, sigue a la meta;
haz tú como el corredor
se sacrifica a sí mismo
por tener el galardón.
Si así hacen los atletas
que ejercitan con tesón,
aprende el ejemplo, joven;
el cielo es de más valor.
Nunca, nunca menosprecies
a tan grande salvación
Te aconsejo que la guardes
con temor y con temblor.
- Con este poema se abre la invitación de aceptar y abrazar a Dios en nuestra vida, en especial sus enseñanzas de bondad y gracia, alejados del pecado que luego pasa factura.
4. Esperanza (Armando Nervo)
¿Y por qué no ha de ser verdad el alma?
¿qué trabajo le cuesta al dios que hila
el tul fosfóreo de las nebulosas
y que traza las tenues pinceladas
de luz de los cometas incansables
dar al espíritu inmortalidad?
¿es más incomprensible por ventura
renacer que nacer? ¿es más absurdo
seguir viviendo que el haber vivido,
ser invisible y subsistir, tal como
en redor nuestro laten y subsisten
innumerables formas, que la ciencia
sorprende a cada instante
con sus ojos de lince?
esperanza, pan nuestro cotidiano;
esperanza nodriza de los tristes;
murmúrame esas íntimas palabras
que en el silencio de la noche fingen,
en lo más escondido de mi mente,
cuchicheo de blancos serafines…
¿Verdad que he de encontrarme con mi muerte?
si lo sabes, ¿por qué no me lo dices?
- En este poema podemos apreciar la desesperación que se siente al estar perdidos en la vida. De sentir que ya nada tiene sentido y lo único que se desea es la muerte.
5. El cabello tendido por el manto (Lope de Vega)
El cabello tendido por el manto,
que humilde el sol para corona estima,
María llega a que en su prima imprima,
amor los brazos, que ella baña en llanto.
«Bendito el fruto de tu vientre santo»,
dice Isabel a su querida prima,
y ella responde: «Mi humildad sublima
Dios, que por ella me engrandece tanto».
El monte se conmueve a su alabanza,
y los pastores tan alegremente,
que reventaba por hablar un mudo.
Juan de contento salta, baila y danza,
que el maestro que entonces tiene enfrente,
es el más primo que tocar le pudo.
- Este poema relata la hazaña del momento en que María conoce que va a ser madre del Salvador y su travesía para dar la noticia a los demás.
6. En todo momento (Andrew Murray)
Muriendo en Cristo su muerte que es mía;
viviendo con Cristo, su vida divina;
mirando a Cristo, en gloria esplendente
oh Señor, soy tuyo en todo momento.
Cada momento El vida me da,
cada momento conmigo El está
hasta que llegue su gloria a ver;
cada momento le entrego mi ser.
Nunca una lucha sin que El luche conmigo,
ni una sola empresa en la que no me ayude;
levanta por encima su bandera blanca
ni un solo momento la pierdo de vista.
Nunca una prueba sin que esté a mi lado,
nunca una carga sin darme una mano,
nunca una pena en que no participe
en todo momento bajo su cuidado.
Nunca un problema, y nunca una queja,
nunca una lágrima y nunca un gemido;
nunca un peligro sino que en el trono
en todo momento estoy junto a Él.
Si me siento débil El me corrobora;
sea en sufrimiento o en prosperidad,
si me encuentro enfermo es Él quien me sana;
El nunca me deja. El conmigo está....
- Aquí podemos apreciar toda la devoción profunda de un creyente sobre el poder divino y la presencia omnipotente de Dios.
7. Dios (Ricardo Palma)
La luz es la orla que ciñe tu manto,
tu planta infinita la esfera sin fin,
tu voz el murmullo más mágico y santo,
tu sombra las nubes henchidas de encanto,
tu aliento el aroma del nardo y jazmín.
Si airado rebrama fatídico el viento,
si trémula gime la brisa fugaz,
mi ser se conmueve ¡Señor! yo te siento
y á ti, en misterioso, veloz pensamiento,
mi espíritu implora seráfica paz.
Mi fe de cristiano no es ráfaga vana:
sin verte te adoro de hinojos ¡oh Dios!
Si el cielo azulado con tintes de grana
decora naciente la aurora galana,
yo admiro la lumbre que dejas en pos.
Mas ¡ah! te sentimos y no te miramos
que, al ver tanto brillo, tan gran majestad,
los que una mirada terrena gastamos
y á tí nuestra débil querella elevamos,
dejáranos ciegos tu espléndida faz.
- Dios está en todas partes, desde la naturaleza hasta cada pequeña felicidad que se siente en cualquier momento, que trae paz y consuelo al mismo tiempo para el alma.
8. A una adúltera (Francisco de Quevedo)
Sólo en ti, Lesbia, vemos que ha perdido
El adulterio la vergüenza al cielo,
Pues que tan claramente y tan sin velo
Haz los hidalgos huesos ofendido.
Por Dios, por ti, por mí, por tu marido,
Que no sepa tu infamia todo el suelo:
Cierra la puerta, vive con recelo,
Que el pecado nació para esconderlo.
No digo yo que dejes tus amigos,
Mas digo que no es bien que sean notados
De los pocos que son tus enemigos.
Mira que tus vecinos, afrentados,
Dicen que te deleitan los testigos
De tus pecados más que tus pecados.
- Una muestra de fe distinta hacia aquello que causa placer y temor por partes iguales. No por nosotros, sino por aquella persona que sabemos que disfruta de sus pecados.
9. Canto de esperanza (Rubén Darío)
Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno de Cristo.
La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador, imperial meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.
Verdugos de ideales afligieron la tierra,
en un pozo de sombra la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.
¡Oh, Señor Jesucristo! ¡Por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas!
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que amante de tinieblas tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de Ti mismo;
ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.
- La eterna esperada del Salvador, en la que de nuevo vendrá par gobernar la tierra bajo un manto de esperanza y bondad, tal y como dijo en sus enseñanzas.
10. Poema a la esperanza (Miguel de Unamuno)
Esperanza inmortal, genio que
aguardas
Al eterno Mesías, del que sabes
que nunca llegará, tú la que
guardas
a tu hija la fe con siete llaves
Y que ante la razón no te
acobardas
si no haces a los corazones aves
para volar sobre las nubles pardas
de la fosca verdad, ya en mí no cabes.
- Hay personas que se aferran a sus creencias extremistas para distorsionar las enseñanzas de la Cristo. Por ello, en lugar de pregonar amor, solo viven para apresar a los demás en su ideología.
11. Nada te turbe (Santa Teresa de Jesús)
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
Sólo Dios basta.
- Un corto poema pero con un gran significado sobre confiar en la fe puesta en Dios, sobre todo en los momentos más difíciles.
12. Philosophia (Medardo Ángel Silva)
Al borde de la vida sentémonos, ¡oh Mía!
y miremos correr las horas pasajeras;
¡dulce es el sol fugaz!, bendigamos el día
y confiemos en El que hizo las primaveras.
Comamos nuestro pan, bebamos nuestro vino
y reciba el Señor nuestra diaria alabanza:
podrá ser duro el golpe del adverso Destino
pero quedan las alas: ¡nos queda la Esperanza!
Dejemos el camino a los que tienen prisa;
a nosotros nos basta un beso, una sonrisa...
El tesoro mental pródigamente damos
y no guardamos nada porque nada tenemos...
Y menos nos inquieta el saber donde vamos
pues el Amor nos dice que juntos marcharemos…
- Este poema nos habla sobre agradecer lo que tenemos, no solo a las posesiones materiales sino por el entorno que nos rodea, el cual es obra de Dios.
13. ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? (Lope de Vega)
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí!, ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud de hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía»
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
- Aquí se muestra el arrepentimiento de una persona por no ser capaz de abrir su corazón a la fe hasta que fue tarde.
14. La virgen María (Clemente Althaus)
¿Qué digna lengua la alabanza entona
de la que, siendo madre, fue doncella?
La adora el ángel, y se mira en ella
cada divina liberal Persona.
Es diamante sin par de su corona
cada más pura rutilante estrella;
luna y sol su triunfante planta huella,
y es el arco Iris su listada zona.
Alégrate y espera, estirpe humana
que Ésta, del cielo reina poderosa,
de los nobles querubes soberana;
Esta, madre de Dios, de Dios esposa,
no ángel, nació mujer y nuestra hermana,
y en rogar por nosotros no reposa.
- Otro poema que alaba a la virgen María, figura fundamental para la historia cristiana pues fue quien dio la vida a Jesús.
15. Como el águila (Zaida C. de Ramón)
Cual águila es el cristiano,
es fiel la comparación;
se deleita en las alturas
en Aquel que lo creó.
Si alguna vez intentara
elevarse y no pudiera,
es tiempo de renovar
todas sus plumas ya viejas.
A la Roca se dirije,
contra ella se quebranta,
voluntariamente sufre
pero sale renovada.
Si el mal tiempo se avecina
y le alcanza la tormenta,
No teme, no sale huyendo;
nunca jamás se amedrenta.
Esta es la oportunidad,
el momento que esperaba;
con voluntad y valor
se dispone a traspasarla.
No tarda en subir muy alto;
alcanzó lo que anhelaba:
que el huracán con su fuerza
a la cima le elevara.
Se cumple ese hermoso verso
de la Escritura sagrada:
"Todo obra para bien
en aquellos que a Dios aman"
- Este hermoso poema compara al creyente que tiene fe en Dios con un águila, alguien que no teme al mal, pues sabe que puede contra ello.
16. La oveja perdida (Elvira Vila Massana)
Cual oveja descarriada
Huyendo de su Pastor,
Así andaba yo alejada
Del camino del Señor.
Pero mi buen Salvador
Me miró y me vio perdida
Y vino lleno de amor
A salvarme y darme vida.
Con tanto amor me buscó
Mi amantísimo Pastor,
Que su sangre derramó
Por librarme del dolor.
En vez de darme castigo
Que mi culpa mereció,
Bondadoso y compasivo
En sus hombros me llevó.
Ahora que me ha salvado
Y me ha vuelto a su redil,
Soy tan feliz a su lado
Que le adoro veces mil.
Hasta que en la eterna gloria
Siempre le pueda mirar
Y cantar la dulce historia
Del que me vino a salvar.
Amigo que no eres salvo:
Jesús hoy te busca a ti;
Ven pronto, ven a su lado,
Que con Él serás feliz.
- Todos tienen la oportunidad de encontrar su sentido de la fe, incluso si han transcurrido por un camino por completo alejado del mismo.
17. Dios nos guarde (Baltasar del Alcázar)
De la que a nadie despide
y al que la pide a las nueve
a las diez ya no le debe
nada de lo que la pide:
De la que así se comide
como si no hubiera tarde
Dios nos guarde
De la que no da esperanza,
porque no consiente medio
entre esperanza y remedio,
que el uno al otro no alcanza;
de quien desde su crianza
siempre aborreció dar tarde
Dios nos guarde
De la que en tal punto está
que de todo se adolece,
y al que no la pide ofrece
lo que al que le pide da;
de quien dice al que se va
sin pedirla, que es cobarde,
Dios nos guarde.
De la que forma querella
de quien en su tierna edad
le impidió la caridad
y los ejercicios de ella;
de la que si fue doncella
no se acuerde por ser tarde,
Dios nos guarde.
- Siempre existe alguien que quiera apartarnos del buen camino, que haga parecer al pecado tan atrayente que estemos cerca de descarrilarnos.
18. Campoamor (López de Ayala)
Tu bondad, tu trato ameno,
tu faz, tu ingenio florido,
Campoamor, son un veneno;
pues, siendo tan descreído,
no debieras ser tan bueno.
Hoy con tu ejemplo se ve
más válida la opinión
de que es fácil que se dé
la moral sin religión,
y la conciencia sin fe.
¡Hombre, no inspires amor!
Te lo ruego por Dios vivo...
¡Hazte malo, por favor;
pues no serás tan nocivo...
Siendo un poco peor!
- Así como hay personas religiosas, también existen aquellas que son ateas y no por ello significa que posean malas intenciones.
19. Cristo, legislador (José Zorrilla)
Cristo, legislador, no escribió nada;
ni papiro dejó ni un pergamino:
quedó tras él su espíritu divino,
su fe con su memoria inmaculada.
Cristo, rey, no empuñó cetro ni espada;
en el polvo sembró de su camino
de su fe la semilla; a su destino
dejándola y al tiempo encomendada.
Germen de amor, de paz, de fe y cariño,
culto del alma, religión interna,
de fausto exenta y de mundano aliño,
la propagó el amor, la amistad tierna,
la fe del pobre, la mujer y el niño:
y por eso es veraz, única, eterna.
- Las enseñanzas de Cristo son sumamente valiosas porque supo ganarse el corazón de las personas sin necesidad de imponerse ante todos con su poder.
20. Coloquio amoroso (Santa Teresa de Jesús)
Si el amor que me tenéis,
Dios mío, es como el que os tengo,
Decidme: ¿en qué me detengo?
O Vos, ¿en qué os detenéis?
-Alma, ¿qué quieres de mí?
-Dios mío, no más que verte.
-Y ¿qué temes más de ti?
-Lo que más temo es perderte.
Un alma en Dios escondida
¿qué tiene que desear,
sino amar y más amar,
y en amor toda escondida
tornarte de nuevo a amar?
Un amor que ocupe os pido,
Dios mío, mi alma os tenga,
para hacer un dulce nido
adonde más la convenga.
- Un poema que nos muestra la más devota entrega de una persona creyente a su fe por Dios. De tal manera que nada en el mundo pueda hacerle cambiar.
21. Fue muy tarde para el Hombre (Emily Dickinson)
Fue muy tarde para el Hombre
pero temprano todavía para Dios
La Creación, impotente para ayudar
pero la plegaria quedaba de nuestro lado
Qué excelente el Cielo
cuando la Tierra no se puede tener
Qué hospitalario, entonces, el rostro
de nuestro viejo vecino, Dios.
- Quizás hasta el amor mismo de Dios tiene su límite. Después de todo, si los humanos están empeñados en destruirse, solo queda comenzar de nuevo dejando a un lado a quienes hacen tanto daño.
22. ¿Qué quieres? (Calderon de la Barca)
¿Qué quiero, mi Jesús?...Quiero quererte,
quiero cuanto hay en mí del todo darte
sin tener más placer que el agradarte,
sin tener más temor que el ofenderte.
Quiero olvidarlo todo y conocerte,
quiero dejarlo todo por buscarte,
quiero perderlo todo por hallarte,
quiero ignorarlo todo por saberte.
Quiero, amable Jesús, abismarme
en ese dulce hueco de tu herida,
y en sus divinas llamas abrasarme.
Quiero, por fin, en Tí, transfigurarme,
morir a mí, para vivir tu vida,
perderme en Tí, Jesús, y no encontrarme.
- Una entrega absoluta a la fe y la confianza en aquel que dio su vida por la salvación de todos los humanos en la tierra.
23. A Dios (Clemente Althaus)
Tal vez a celebrarte
me arrastra ardiente irresistible afecto:
más, vanos numen y arte,
remeda mi imperfecto,
canto el zumbido de volante insecto.
En corto labio humano
mal el loor de tus grandezas cabe;
en Sión y a ti cercano,
el serafín te alabe;
mas ni él loarte dignamente sabe.
Loores y armonías
dignas de ti no tiene lo creado;
solo de ti podrías
en suficiente grado,
pues en él te conoces, ser loado.
Más de tu criatura,
que en destierro que alivia la esperanza,
de tu santa luz pura
tenue vislumbre alcanza,
sea humilde silencio la alabanza.
- Los creyentes verdaderos siempre tienen presente su humildad ante la gracia de Dios.