Cebolla caramelizada: cómo prepararla de forma rápida (paso a paso)

La cebolla caramelizada es un ingrediente excelente para diferentes platos… y está muy de moda.

Cebolla caramelizada

La cebolla es un elemento imprescindible en la cocina. En todo tipo de gastronomía, la cebolla se utiliza ya sea como un complemento a otros ingredientes para resaltar su sabor, o como un elemento por sí solo.

Se consume en crudo en ensaladas y vinagretas. También se usa frita y crujiente o mezclada con tomates y especias para unas salsas o cremas deliciosas. Pero la cebolla caramelizada tiene su lugar aparte en la cocina, y además ha adquirido una popular increíble en los últimos tiempos.

Veamos cómo prepararla.

Cebolla caramelizada: cómo prepararla de forma rápida

La cebolla caramelizada sirve para acompañar otras verduras o diferentes platos. Prepararla es sencillo, aunque la verdad es que lleva su tiempo conseguir que quede perfecta. Sin embargo, hay algunos trucos para acelerar el proceso sin sacrificar su gran sabor.

Para acompañar el queso de cabra, la morcilla o como guarnición para un filete o pescado, la cebolla caramelizada es excelente, y además puede prepararse previamente y refrigerarse para utilizar después.

Aquí os dejamos el paso a paso para lograr una cebolla caramelizada deliciosa.

1. Cortar la cebolla (sin llorar)

Para cortar la cebolla y no llorar existen algunos trucos sencillos. Uno de los “martirios” al momento de preparar la cebolla caramelizada es el momento de cortarla. En ocasiones el lloriqueo al cortarla es tan fuerte que desistimos de seguir haciéndolo.

La cebolla nos hace llorar porque al ser cortada se desprende una sustancia muy irritante que lastima los ojos. Sin embargo, esto puede minimizarse o eliminarse definitivamente si seguimos algunos consejos al momento de cortar la cebolla.

Para preparar la cebolla caramelizada, lo más usual es cortarla en juliana. También puede cortarse en cubos para preservarla en un frasco como un tipo de mermelada. De cualquier forma que se vaya a cortar, si no se hace de forma correcta nos hará llorar.

Para cortar la cebolla sin llorar el método más eficiente es utilizar un cuchillo cebollero con muy buen filo y una buena tabla de picar. Para reducir aún más la posibilidad de irritación en los ojos, hay que cortar la cebolla sin que nuestra cara se encuentre arriba de la cebolla.

Otro truco para evitar que la cebolla nos haga llorar y poder preparar nuestras cebollas caramelizadas sin sufrimiento es untar el cuchillo con un poco de vinagre. Basta con remojar un algodón en vinagre blanco o de manzana y pasarlo por el cuchillo antes de cortar la cebolla.

También se puede evitar que la cebolla cause irritación en los ojos al cortarla si mojamos continuamente el cuchillo mientras seguimos cortando, así mismo las cebollas se pueden sumergir en agua de vez en vez y seguir cortando normalmente.

2. Cocinar la cebolla

Para comenzar a caramelizar la cebolla hay que preparar un sartén con aceite. El método tradicional para caramelizar cebolla lleva algo de tiempo, lo cual es un inconveniente si se va a preparar una gran cantidad de cebolla.

Hay que considerar que una vez que la cebolla quede caramelizada la cantidad se verá muy reducida, por lo que 1 kilo de cebolla puede parecer bastante sobre todo al momento de cortarla, pero al finalizar el proceso puede quedar muy poca cantidad.

Una vez que se tenga la cantidad total de cebolla cortada ya sea en juliana o cubos, hay que preparar el sartén poniéndolo a fuego máximo con una muy buena cantidad de aceite y una pizca de sal, se deja así unos 2 minutos antes de agregar toda la cebolla.

Cuando toda la cebolla esté en el sartén, se baja el fuego al mínimo y se deja ahí cuidando que no se queme o fríe. El proceso se producirá lentamente dando paso a que los jugos propios de la cebolla comiencen a caramelizarla.

Hay que mover un poco la cebolla al vaciarla al sartén para permitir que las julianas se separen bien y se impregnen de aceite. Después de esto solo hay que esperar y revisar que no se queme, si es así entonces requiere aún más aceite.

Este proceso puede llevarse alrededor de una hora para 1 kilo de cebolla. Si bien es un proceso muy lento, es sencillo y se puede aprovechar en la preparación del plato principal, pues una vez que se tenga la cantidad exacta de aceite no requiere demasiado cuidado.

3. Caramelizar la cebolla de forma rápida

Existen unos trucos sencillos para caramelizar la cebolla más rápido. En ocasiones no hay tanto tiempo para esperar una hora o más para que la cebolla caramelizada esté lista. En este caso se puede recurrir a unos trucos sencillos que no sacrifican sabor.

Es un error pensar que si se sube el fuego al máximo el proceso de caramelizado se acelerará y se reducirá el tiempo de espera. Esto sólo provocaría que la cebolla se fría o se queme, pues no ha dado suficiente tiempo a que la cebolla suelte sus jugos.

El primer consejo es utilizar bicarbonato. Basta con agregar una pizca de bicarbonato a las cebollas una vez que éstas ya se encuentren en el sartén con aceite. El bicarbonato provoca que los jugos de la cebolla se desprendan más rápido.

Utilizar bicarbonato para agregar el proceso no altera en nada el sabor de la cebolla. No será necesario tampoco subir el nivel del fuego. Hay que dejar a fuego lento y el bicarbonato hará su trabajo permitiendo que se caramelice más rápidamente.

Otro truco es añadir azúcar a la cebolla. Para esto solo hay que agregar a la sartén con las cebollas y el aceite, una cucharada de azúcar, de preferencia azúcar moreno, junto con un poco de agua y mezclar.

El truco del azúcar puede alterar un poco el sabor de la cebolla caramelizada, pues se le está agregando azúcar extra a la que ya tiene de por sí la cebolla. Sin embargo, el resultado es también delicioso además de acelerar el tiempo de cocción.

4. Servir y conservar la cebolla caramelizada

De forma tradicional, la cebolla caramelizada tarda una hora en estar lista. Si se utiliza el bicarbonato o el azúcar añadido, este proceso se puede reducir a media hora o menos si se usa poco menos del kilo de cebolla.

Quizá un kilo de cebolla parezca demasiado si se tiene planeado usarla como guarnición de un platillo y si es una comida o cena para una o dos personas. Pero no está de más preparar un poco más de cebolla caramelizada porque ésta puede conservarse para usarse después o en días posteriores.

Una vez que la cebolla se encuentre totalmente caramelizada, es decir, bañada en su jugo y con un característico color amarillento o café y totalmente suave y flexible, entonces se puede servir directo o mezclarse según sea el caso.

Se puede utilizar para intensificar el sabor de una tortilla, para agregar como otro complemento a una hamburguesa o de basé en un canapé. Incluso se puede combinar con otras verduras caramelizadas como la zanahoria.

Si después de servirla sobra aún mucha cebolla caramelizada, ésta puede guardarse para consumirse más adelante. Lo que se aconseja es esperar a que se encuentre totalmente fría y guardarla en un frasco de conservas o cualquier frasco de vidrio y mantener en el frigorífico.

De esta manera se puede conservar por mucho tiempo y consumirse en alguna otra comida. Si se requiere que ésta se encuentra caliente, puede hacerse a baño maría o dejar fuera del frigorífico con anticipación antes de servirse para que se encuentre a temperatura ambiente.

Si te queda alguna duda sobre el procedimiento, el conocido chef Alberto Chicote te explica cómo cocinar la cebolla caramelizada en este tutorial:

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